• 26 de Abril

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La geoecóloga alemana Katharina Wittmann (35 años) y el arquitecto chileno Milton Dorat (40 años) se conocieron en un hostal en Portugal, se enamoraron, ella se vino por amor a Chile, se casaron el 2017 y se cansaron de la vida en Santiago, del stress, las largas horas para ir de un lugar a otro, el cemento, el trabajo de 9 a 7….la vida en la ciudad, la rutina y decidieron vender todo y partir a recorrer el mundo en una kombi.

 Milton renunció a su trabajo como arquitecto en el Municipio de Providencia donde se desempeñó por 11 años y, antes de partir, estuvo cinco meses trabajando sin paga en un taller mecánico especialista en Kombis en Santiago para aprender la mecánica de este icónico vehículo y adaptarlo como el hogar de la pareja durante el tiempo que dure el viaje. El padre de Milton, carpintero, le ayudó a fabricar los muebles de Bagual (así le pusieron a la Kombi), el asiento que se despliega y se convierte en cama de dos plazas, y a cubrirla con aislante y planchas de madera. Llevan dos cocinas solares -Katharina hace pan con ellas-, un baño químico, lo esencial en ropa, algunos libros….y durante el camino se han ido deshaciendo de varias cosas que no son imprescindibles para el viaje.

 De Los Andes a Los Alpes

 El objetivo del viaje es llegar de Los Andes a Los Alpes, de la tierra de Milton a la tierra de Katharina, y el periplo comenzó hace siete meses cuando empezaron a viajar hacia el sur, sin tiempo y sin cronograma, de hecho les tomó siete meses llegar desde Santiago a Puerto Varas…”hace siete meses partimos de Santiago y hemos venido conejeando y estamos recién a la altura de Puerto Varas y la idea es llegar hasta el extremo sur de América, Ushuaia y de ahí empezar a subir no sabemos bien por donde, todo está abierto: tiempo, plazo, ruta y la idea es subir por América hasta Canadá o Alaska, no sabemos todavía y, de ahí cruzar hasta Europa, queremos llegar hasta Los Alpes, hasta Munich (ciudad donde vivía Katharina)…” nos cuentan Milton y Katharina cuando nos juntamos en el Mawen para hacer esta entrevista.

 ¿Cómo financian el viaje?

”Hasta ahora hemos funcionado con algunos ahorros que tenemos, y con el trabajo de Katharina como guía turística de grupos de Alemania que recorren Chile y Argentina durante el verano. Nuestros costos son bastante más bajos que vivir en una casa en Santiago, pero sí hay un costo que hay que financiar, y yo que soy fotógrafo también, y he vendido fotos y he hecho canje con lugares que nos dejan quedarnos con hostales y les hago fotografía a cambio”. Además, Milton es bombero desde hace 20 años y como arquitecto se especializó en seguridad, en protección contra incendios y específicamente enfocado al área de edificios patrimoniales y durante este viaje se ha dedicado a dar charlas a los bomberos sobre este tema, las cuales son auspiciadas por empresas, lo que les permite financiar su viaje. También reciben donaciones de personas que se motivan con su historia y quieren cooperar con el viaje y la forma de vida que esta pareja ha elegido y que es el sueño de muchos. Si usted quiere cooperar, los datos para transferencia son los siguientes: Katharina Wittmann, Cuenta Rut – Banco Estado: 24 665 265; RUT: 24.665.265-1; dimensionkombi@gmail.com.

¿Cómo ha sido esta experiencia?

 “Ha sido increíble” nos cuenta Milton. “Es mejor que la vida en Santiago, yo no estaba bien en Santiago” nos cuenta Katharina “es una vida muy distinta y todavía creo que estoy en la fase de adaptarme porque cada día es distinto, es nada que ver con Santiago. Muchas cosas se han mejorado, por ejemplo, no hay tanto ruido, no hay tanta contaminación del aire, uno es más libre en elegir los lugares; pero hay otros problemas como adaptarse a la lluvia que ha sido un factor que cambia nuestra vida, ha cambiado todo”

 “Por mi parte – agrega Milton- el viaje ha cumplido 500% las expectativas que yo tenía, yo estudié lo que quería, trabajé en una pega que me gustaba la mayor cantidad del tiempo, pero después ya se volvió los vicios de la vida en Santiago: esta rueda de producir plata y ganar plata, y pagar cuentas caras y uno está inserto en un medio de personas con la misma dinámica y no podía dormir bien y, el stress en general es bastante insoportable y, en las ciudades grandes todo se mueve en función del dinero, hay muy poca confianza, hay muy poca vida para interactuar de manera un poco más humana. En ese sentido, el contacto que hemos tenido con las personas durante el viaje yo creo que ha sido la mayor ganancia que hemos tenido ya que nos han abierto las puertas personas que no nos conocen y llegamos un día, nos estacionamos afuera de su casa y le preguntamos si podemos estacionarnos para pasar al noche y, en general, ningún problema y otras veces nos invitan, compartimos con ellos, nos ayudan, ayudamos. El contacto humano ha sido la mayor ganancia”.

¿Recomiendan esta experiencia?

 “Creo que, en mi opinión- señala Milton- más que recomendar hacer un viaje en una kombi, lo recomendable para mi es hacerle caso al alma, al espíritu. Si quieres hacer teatro de marioneta y eso es lo que te encanta o si quieres tocar charango y eso es lo que te apasiona, dale…hace tiempo le había dicho a Katharina que mi sueño era hacer un viaje sacando fotos, pero me imaginaba que casi me tenía que ganar un premio en la National Geographics para hacerme conocido y que me contraten de una revista y hacerlo, como que lo veía muy distante, pero se puede. Si es que uno realmente quiere hacer las cosas, se puede y esa es la recomendación. Si uno quiere viajar se puede…. la gente se financia con lo que sabe, unos haciendo pulseras, otros haciendo masajes, otros sacando fotos, se puede. Hay que hacer lo que a uno le apasiona”.

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