Humedales saludables e infraestructura verde: fuentes de agua limpia para nuestros lagos

Si bien la escorrentía urbana se ha convertido en una fuente de contaminación para ríos y lagos - principales lugares de encuentro en esta época veraniega- un proyecto local muestra cómo los humedales y la infraestructura verde pueden revertir esta condición y hacer de las aguas lluvias un recurso valioso.


Estamos en plena época estival, por lo que las visitas a la playa son muy frecuentes. En el sur de Chile, los lagos son los principales escenarios de entretención y encuentro.  Sin embargo, el agua no siempre está limpia en estos ecosistemas acuáticos. Tal es el caso del lago Villarrica, declarado en 2017 como “zona saturada” por los altos niveles de contaminantes encontrados, convirtiéndose en la primera zona lacustre en recibir esta denominación. Algo similar ocurre con el lago Llanquihue, que supera en 16 veces los límites permitidos por norma para coliformes fecales, lo que ha llevado a inhabilitar para el baño la playa centro.

Pero ¿cómo se relaciona esto con las aguas lluvias? Jorge Gironás, investigador principal del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), explica: “La mayoría de las ciudades de Chile, y las del sur por cierto, no cuentan con infraestructura adecuada para gestionar los impactos ambientales de las aguas lluvias; con frecuencia, parte de la escorrentía urbana va a dar a la red sanitaria, descargando aguas servidas sin tratar en ríos y lagos al superarse la capacidad de esta red”. Además, las aguas lluvias arrastran a su paso contaminantes propios de los suelos urbanos, como aceites, grasas y metales pesados, que también van a dar a las redes naturales de drenaje.

Frente a esta situación, el proyecto ‘Ciudades sensibles al agua: guía de drenaje urbano sostenible para la macrozona sur de Chile’ –liderado por Patagua, Fundación Legado Chile y la Universidad Católica de Chile, con el apoyo de Serviu Los Lagos y Corfo– propone un enfoque sostenible para gestionar las aguas lluvias en base a infraestructura verde y azul —como humedales y quebradas—, aportando a la limpieza de las aguas, la adaptación climática, el cuidado de la biodiversidad y la provisión de áreas verdes para una mejor calidad de vida.

“Los desafíos para alcanzar un desarrollo urbano sustentable que vele por el cuidado del agua son diversos y urgentes, y la naturaleza es nuestra mejor aliada para avanzar en esta dirección” señala Camila Teutsch, directora del proyecto y de la empresa B Patagua. “Con esta guía queremos aportar en el manejo integrado de las subcuencas que alojan nuestras ciudades, y de paso, posicionar las aguas lluvias como elemento de valor y no como fuente contaminante para los lagos y ríos”.

Andrés Riveros, encargado de planificación territorial de Fundación Legado Chile, complementa: “En palabras simples, lo que busca este nuevo paradigma es optimizar espacios verdes y áreas residuales para gestionar las aguas lluvias de forma local y sostenible de aguas lluvias en casas, calles y parques. Con ello, las ciudades se convertirán en un gran sistema de drenaje integrado, más cercano al ciclo hidrológico natural.” Así, la construcción de ciudades más verdes sería sinónimo de lagos y ríos más limpios.

 

 

Comparte en tus redes sociales

Noticias Relacionadas