El viernes pasado, a las seis de la tarde en la plaza central, se vivieron tres momentos al mismo tiempo. Manifestación a favor del apruebo. Manifestación a favor del rechazo. Entrega de abrazos gratis de ocho segundos, intervención poética protagonizada por la artista local Patricia Tamargo.

Los árboles de la plaza estaban con banderas amarradas. La música sonaba muy fuerte con el playlist del apruebo. Al costado, decenas de personas con globos amarillos y poleras cantaban por el rechazo. Pronto, las bocinas de los autos pasaban en forma de caravana. 

Para quienes mirábamos con atención, podíamos además leer los volantes que ambas manifestaciones entregaban con información. Esa era la palabra, tome, le paso la información. ¿Cuál información? La verdadera, la falsa, la no tan verdadera, la no tan falsa. Era una interpretación, basada en la información. Una selección de elementos ciertos, en un marco claro de tendencia específica. Una presentación calculada, según la preferencia.

El debate entre el apruebo y el rechazo se ha tomado los medios, las redes sociales, las calles, las conversaciones. Es un momento histórico, absurdo sería esperar otra cosa. La necesidad por declarar posición y defensa de posición adquiere, en muchos casos, sentido de responsabilidad. Es como una pulsión, un resorte en el asiento. El interés parece generalizado, aunque el desinterés no suele ser tan evidente, y cuesta percibirlo, pero uno sabe que está ahí. No es que no vayan a participar, pero participarán así, desde el hastío de los discursos y el cansancio de las críticas cruzadas. 2019 parece muy atrás y 2022 se siente demasiado encima.

La declaración de posición, tanto a nivel individual como sectorial, se eleva como los cerros al lado de la gran cordillera. En la papeleta hay dos opciones. En el criterio, parecen ser más. Apruebo, con plena conformidad y confianza en el trabajo de la Convención Constitucional, realizado por 154 de sus 155 integrantes. Apruebo, para reformar, aceptando las complejidades de la historia en curso y debilidades del proceso, como mejor opción. Rechazo, con afán de hacer otro proceso, pero no como este proceso, de preferencia con otro mecanismo deliberante, con más continuidad que cambio. Rechazo, para desde este proceso, hacer un segundo capítulo de mejoramiento y optimización, con un procedimiento representativo similar. Luego, los que no saben, dudas. Luego, los que no votarán, incluso asumiendo que esta convocatoria, tal como antes era y como nunca debió dejar de ser, es obligatoria. Hasta ahora, la sucesión de eventos posterior al resultado, sea el que sea, es incierto. Hay anuncios de compromisos por parte de diversos grupos políticos, pero todos cuentan con un depende.

En Puerto Varas el debate es tan intenso como en todo el país. Alcalde, concejales, representantes de la sociedad civil, han declarado su preferencia. Todos concuerdan en llamar a votar de manera informada.

La información es la bandeja fría en la que se sirve el plato caliente. La información no se entiende sin la interpretación. La comprensión no es un ejercicio lineal. La lectura no es literal. La abstracción, la imaginación, la lírica, tiene cuerpo y alma más allá del articulado de la propuesta, entre sus principios, derechos y deberes. En ese campo ingresan relaciones abstractas y sinceras de identidad, ideología, país, paisaje, localidad, arraigo. Familia. Fe. Institucionalidad. Historia. Cultura cívica. Perspectiva del modelo de desarrollo y determinación de vocación productiva estratégica, representativa, participativa, viable y próspera para esta y las futuras generaciones. En la búsqueda del equilibrio parece haber una relación entre propósito y procedimiento que tiende a fundirse, hasta incluso ignorarse una de la otra. El por qué se hacen las cosas y cómo se hacen, reducido a ratos por los imperativos publicitarios de los hay que, incluso anteponiendo la épica de la retórica emotiva por sobre la confianza lúcida que requiere la histórica elección entre el apruebo y el rechazo.  

La elección del 04 de septiembre no será fácil. Son apenas dos opciones, pero es mucho más que eso. Y es más que información. A su modo, es también la búsqueda de sentido. Pensar en lo que uno cree que es mejor es una pregunta amplia. En la plaza de Puerto Varas el viernes pasado, más allá del clima de campaña polarizado, se notaba respeto entre ambas manifestaciones. Fue una buena señal.

Por: Pablo Hübner