• 01 de Mayo

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El domingo fue el día de los enamorados, pero no fue un domingo muy romántico para la comuna. Más de 100 personas llegaron a medio día al centro de Puerto Varas para manifestarse en contra de las medidas de cuarentena. Muchos restaurantes acompañaron el momento, elevando banderas negras en sus negocios. La indignación por la extensión de la cuarentena, una vez superado el plazo anunciado de las cuatro semanas, era evidente. La marcha caminaba bajo el sol de los últimos días del verano. Puerto Varas está de luto, queremos trabajar, el turismo está en ruinas, eran algunas de las consignas.

El martes 9 de febrero se esperaba el anuncio del fin de la fase 1. El jueves de la semana pasada se cumplían las tan anunciadas cuatro semanas como máximo. Ese martes se guardó silencio. Ni se mencionó a Puerto Varas. Paciencia se dijo, esperen hasta el jueves 11 de febrero. El jueves 11 llegó y lejos de volver a fase 2, se anuncia que la comuna sigue en fase 1. Ya no hay plazos, hasta nuevo aviso.

La vocería del gobierno era como tibia agüita de manzanilla para la hemorragia de frustración. Recurría con indiferencia empática al mensaje del último esfuerzo, la paciencia, falta poquito, la última cucharada de un plato sin comida y sin fondo. Pero, también, si los números no bajan, las medidas no se pueden deponer. La consistencia de la severa verdad que no se tuerce, enfrentada a los anuncios de plazos que no se cumplen.

Pero, todo parece cambiar de manera repentina el lunes 15 de febrero. Entre algunas autoridades de la región empieza a correr el rumor. En redes sociales las dudas se multiplican. Se viene el anuncio, dicen en los grupos de whasapp. La comuna sale de fase 1 este martes 16 de febrero. ¿Es verdad? ¿Está confirmado? ¿Seguro? Ya quién hace los anuncios y cómo los hace es materia para el olvido. La seriedad a esa altura de la desesperación, a nadie le importa tanto. El que sepa antes, lo dice antes y listo. Al paso de los minutos se confirma la noticia: Sí, se levanta la fase 1 en Puerto Varas, bienvenidos a la fase 2, desde el martes 16 de febrero.  

¿Se cumplió con lo prometido? No. 4 semanas era el jueves 11 de febrero, el anuncio debió haber sido el martes 9 de febrero, tal como se esperaba. Lo del lunes 15 de febrero fue un anuncio sorpresa, aparentemente reactivo ante el clima de crispación, manifestaciones, incertidumbre y molestia. Si el gobierno estimaba de que no se iba a poder cumplir con los plazos, lo debió haber marcado con mucha claridad al momento de anunciar las famosas cuarentenas más exigentes, pero más cortas.

La sensación que queda es que el propósito del plan del gobierno de cuarentenas más cortas y exigentes, no se cumple. Al parecer los números de contagio mucho no se movieron a la baja y los costos, han sido catastróficos. Los plazos tampoco se respetan. Tal vez sin esta medida todo habría empeorado mucho más, pero eso no hay cómo saberlo.

Luego del anuncio sorpresivo del lunes 15 de febrero más parece haber ganado la presión ciudadana que la implementación seria y planificada de un plan de salud que busca evitar la propagación del Covid 19. Esto es muy grave en un contexto en que la credibilidad es un hilo.

El anuncio sorpresivo se hizo mientras estaba cerrando esta columna. Tuve que cambiar párrafos y borrar algunas ideas de último minuto. La improvisación tiene efecto dominó. Antes de cerrar, sólo quiero hacer perdurar algo que dejé atrás: la distinción entre lo indispensable y lo prescindible, cuando se refiere a los trabajos esenciales durante la fase 1, es una cuestión delicada, compleja, que merece una mirada mucho más humana y realista, cuestión que se evita por el debate moral que implica. La consideración de quienes pueden trabajar y quienes no pueden trabajar en fase 1 carga una arbitrariedad que merece profundo debate. En fin, bienvenida fase 2. La vida sigue.