[OPINIÓN] Una año perdido. Por Ingrid Boerr, Secretaria Académica Escuela de Educación Parvularia UDLA


Señora directora:

Escuchamos frecuentemente sobre el peligro que nuestros estudiantes pierdan el año.

¿Cómo se pierde un año? El año existe y sigue avanzando. ¿Se puede perder? ¿Es posible que quede como un agujero en la vida?

La mayoría estamos encerrados, voluntaria u obligatoriamente.

Aun así, nos siguen pasando cosas. Nos comunicamos y sabemos que pasan cosas, tenemos acceso a información, nos preguntamos cosas y buscamos respuestas y los días de este año siguen pasando, no se pierden. Los niños, están acompañados por adultos y también por otros niños, con los que interactúan de diversas maneras. El año sigue pasando.

¿Cómo se pierde entonces un año? Habrá conversaciones, información a través de la televisión y las redes, actividades que nunca se hicieron y se aprendieron a hacer, discusiones y acuerdos a los que hubo que llegar, preguntas que se hicieron, algunas respuestas y otros intentos por averiguar que abrieron más preguntas. Por lo tanto, el año no se pierde, es imposible, existe, avanza y dejará una huella, experiencias, aprendizajes, temores, dolores, penas y alegrías.

El 2020 debe quedar en el recuerdo como el año en que aprendimos más sobre nosotros mismos, y no se habrá perdido.

Los educadores habremos aprendido a mirar cómo aprenden nuestros estudiantes y a pensar en serio qué debemos hacer de aquí en adelante para de verdad “no pierdan el año”

 

Ingrid Boerr

Secretaria Académica Escuela de Educación Parvularia UDLA

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