• 20 de Abril

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Señora Directora de El Heraldo Austral:

Han transcurrido 9 meses desde que la Escuela Rural Cristo Rey de Ralún fue destruida por un incendio intencional, que ocasionó un severo daño a los estudiantes de este sector de la comuna de Puerto Varas, privándolos de un espacio digno donde continuar sus estudios.

Si bien durante el año recién pasado la pandemia del Covid-19 obligó a muchos niños y jóvenes a continuar su educación con procesos desde sus hogares y de manera on line, en los sectores rurales la realidad es muy diferente y en su mayoría no cuentan con este recurso tecnológico en sus hogares, lo cual genera una marginación y discriminación innecesaria.

Por tal motivo, contar con un establecimiento donde nuestros niños puedan acudir con todas las medidas de prevención dispuestas por la autoridad resulta más urgente hoy, para evitar que transcurra un nuevo año sin que puedan volver a su colegio que no solo es una sala de clases, si no que muchas veces es su refugio.

Participé del Concejo Municipal del 9 de octubre del 2020, en el cual el Departamento de Educación Municipal se comprometió a realizar un proyecto de reposición de la Escuela Cristo Rey. Hasta el momento el municipio hizo un estudio de suelo, pero está pendiente lo más importante, licitar la construcción definitiva del nuevo establecimiento educativo.

Me llama profundamente la atención la falta de respuestas oportunas por parte del Secplac de Puerto Varas, para que la comunidad se mantenga informada de los avances de este proyecto comprometido por el municipio.

Sabemos que a contar de este año la educación municipal pasó a ser administrada por el nuevo Servicio Local de Educación Llanquihue, es decir quedó en manos del Estado y no del municipio, pero ello no significa que la responsabilidad de las autoridades comunales con la educación pública se ha terminado, ni menos que se le dé la espalda a los niños y niñas de zonas rurales como Ralún. Muy por el contrario, el municipio debe honrar la palabra comprometida y acelerar las gestiones para concretar al menor plazo posible la anhelada construcción del nuevo recinto.

Creo fervientemente que el no tener la responsabilidad administrativa no significa dejar de tener una responsabilidad con nuestra comunidad, que también son puertovarinos, y que como municipio tenemos el deber de seguir apoyando. Tenemos que desarrollar programas de acompañamiento adecuados para ser coayudadores en la tarea de mejorar la educación pública.