• 20 de Abril

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Este inicio de año 2020 la comuna de Puerto Varas, al igual que todo el país y el mundo, enfrenta un escenario inédito. Tenemos una crisis sanitaria junto a una crisis económica, que se suma a la crisis social y a la crisis ambiental.

El sistema de salud de Chile, en su conjunto, tendrá que enfrentar la prueba más grande de su historia. Para evitar una catástrofe mayor es clave la prevención. En Puerto Varas hemos visto personas que han reaccionado con mucha responsabilidad, haciendo la cuarentena, evitando reuniones presenciales, cerrando sus negocios, brindando facilidades a los trabajadores. Otros han tomado medidas de medio camino, un poco más de jabón en el baño, un par de correos con recomendaciones y estamos. También hemos visto quienes no le han tomado el peso a la situación. Irresponsables de todas las edades y creencias, que se pasean como si nada, pensando que son invencibles, que la plata vale más que la vida, acentuando seriamente el problema y evidenciando una severa falta de conciencia por los demás.

Por su parte, las autoridades a nivel central, regional y comunal, intentan actuar mientras se ponen de acuerdo sobre lo que hay que hacer. La reacción a la emergencia despierta muchos cuestionamientos y críticas desde variados frentes, en un contexto de liderazgos debilitados. Las diferencias copan los debates y se pierde la energía y el tiempo. Hay que trabajar en equipo, superar diferencias, evitar crear más problemas. Esta es una emergencia. ¿Qué haremos en Puerto Varas si colapsa el sistema de salud? ¿Cuál es el plan? ¿Tenemos suficientes médicos, mascarillas, guantes, camas? ¿Se usarán los hoteles? ¿Cuántos respiradores automáticos hay en la comuna? Enfrentar estas preguntas y encontrar soluciones debería ser la causa de todos, juntos. Como dicen, si no ayuda a limpiar, no ayude a ensuciar.

El coronavirus implica también un terremoto económico. Muchos tendrán dificultades para cumplir con sus compromisos de arriendo, dividendo, pago de sueldos, deudas y más. El gobierno anunció un plan de medidas, del mismo modo, la mayoría de los bancos ofrece facilidades. Esto ayudará, pero no será suficiente. Esta crisis obliga con urgencia volver a priorizar. El gobierno central, regional y municipal deberá hacer frente al nuevo escenario de crisis y evaluar los proyectos en carpeta y su pertinencia en este momento en que enfrentar la emergencia es lo más importante. No parece ser tiempo de remodelaciones de plazas ni de canchas sintéticas ni de nada que no sea atender la crisis sanitaria y la crisis económica. En este tiempo más que nunca se obliga humanizar la relación entre el gasto y la necesidad del momento. ¿Cómo la comuna ayudará a quienes han perdido su trabajo producto de esta crisis? ¿Cómo se puede mejorar la experiencia de aprendizaje en casa? ¿Cómo apoyamos al sector del turismo que vivirá probablemente la baja más grande de su historia? ¿Cómo apoyamos a la pequeña y mediana empresa?

La modificación del calendario electoral mueve el plebiscito constitucional desde abril para el mes de octubre y las elecciones para los cargos de alcalde y concejales serán el próximo año. La actual administración comunal tiene ahora más tiempo de gestión, pero tiene también nuevas y urgentes obligaciones que atender.

Estos son tiempos extra ordinarios y se requieren medidas extraordinarias. Sin sentido de urgencia, sin unión, sin fuerza, sin medidas robustas y severas, sólo nos quedarán las lágrimas del arrepentimiento.

Por Pablo Hübner