• 25 de Abril

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Para nadie es un misterio que el turismo ha sido uno de los sectores económicos más duramente afectados con la pandemia del Covid19 alrededor del mundo. La disminución de los vuelos, la prohibición de recalar para cruceros, la cuarentena y el cierre de fronteras en diversos países, ha generado probablemente la peor crisis en la historia de la industria con una contracción casi total de la demanda a nivel mundial.

Mientras la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), señaló a mediados de Abril que las pérdidas por U$3.900 millones, el Banco Central de Chile entregó su Informe de Percepciones de Negocios del mes de Mayo, entrevistando a 251 especialistas del mundo empresarial, quienes determinaron que los sectores más afectados son los relacionados con la actividad de servicios, como hotelería, restaurantes y turismo, sumado al comercio de bienes no esenciales.

Ya han pasado más de dos meses, sin mencionar el arrastre que el tema de la pandemia ha generado desde Diciembre de 2019 en todo el mundo, y el gobierno y a sus autoridades, a través de la Subsecretaría de Turismo y del Servicio Nacional de Turismo, poco y nada han generado para ayudar a sortear la profunda crisis del sector. Solamente este 6 de Mayo, la Subsecretaría de Turismo ha informado un calendario de video reuniones con los actores del turismo en las regiones para ver qué se puede hacer o qué medidas tomar. En el fondo, no hay nada a la fecha.

La falta de claridad sobre lo que el turismo significa realmente para Chile y la aún escasa formalización de las empresas turísticas, donde la mayoría de ellas son MIPYMES familiares que ni siquiera tienen acceso a una resolución sanitaria para poder operar, atentan contra el sector y su representatividad.

Hasta hoy, todo el soporte de la institucionalidad turística ha continuado operando como si no hubiese pandemia: la promoción turística y las campañas publicitarias, son acciones que se desarrollan todo el año y no representan una verdadera ayuda ni mucho menos un plan de contingencia para enfrentar la crisis, como las autoridades nacionales lo han intentado demostrar vía twitter.

Para aportar en la solución, creemos que se necesita actuar en tres ámbitos: en lo inmediato gestionar la situación; luego, medidas que estimulen o que mantengan a flote los servicios turísticos; y por último, medidas que puedan proyectar lo que será un nuevo perfil del turista y de sus intereses.

Dentro de las primeras podemos señalar: la posibilidad de que el Estado pueda utilizar la infraestructura turística para atender a trabajadores en general ampliando el concepto de la salud a los menores, a personas con movilidad reducida, transportistas, personas ligadas a actividades esenciales, etc. Dentro del segundo grupo, podemos mencionar medidas financieras que entreguen liquidez a las empresas del sector sin exclusiones, por lo que hay que buscar mecanismos para todos (al día de hoy aún no es claro cómo están operando los bancos que adquirieron liquidez a 0,5% por cuatro años de parte del Banco Central para hacerla llegar a quienes hoy la requieren). Dentro del tercer grupo, la tecnología y el nuevo perfil del turista será clave y por lo mismo los incentivos a invertir en este ámbito serán fundamentales si queremos adaptarnos a las nuevas exigencias que tendrán los viajeros.

Dada las circunstancias sanitarias, todo lo referido a los nuevos requerimientos de los viajeros, apunta a que la industria, así como ha desarrollado los Sellos de Calidad y de Sustentabilidad, tendrá que asegurar la entrega de condiciones sanitarias y de higiene que de ahora en adelante serán claves para atraer nuevamente a los turistas. Tal vez la creación de un sello o certificado del tipo “Covid Free”, pueda servir de apoyo inicialmente: Seguridad y Confianza aparecen entonces como los conceptos claves para retomar el contacto con los clientes.

Es preocupante la falta de trabajo y propuestas por parte del gobierno y de las autoridades que permitan al sector encontrar algún rumbo a seguir ante esta situación. Si es verdad que el turismo representa el 3,4% del PIB y aporta con 400.000 empleos (cifra urgente de revisar también), se debió haber actuado hace bastante tiempo. No se puede esperar más.

 

Carlos Aedo Finlez

Sociólogo