• 24 de Abril

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En Puerto Varas ya se puede ver el inicio de la primavera. Las primeras flores, los días cada vez más largos, la sensación de otra luminosidad. Esta temporada todo indica que será diferente a las anteriores. El año pasado fue una temporada rara. Mucho turista nacional, poco turista extranjero, producto de la pandemia y los exigentes protocolos. La situación, al menos por ahora, es diferente. Vuelve algo que puede ser como antes, pero no sabemos cómo será. Tampoco sabemos si la comuna está preparada.

Puerto Varas tiene vocación turística. Su integración con las comunas de la cuenca de lago Llanquihue asume un rol estratégico en la perspectiva de la macro región. Conexión entre Argentina y Chiloé, puerta de entrada a la Ruta de los Parques de la Patagonia y cercanía con la ruta Inter Lagos hacia el norte, además de ser puente entre Osorno y Puerto Montt, ciudades importantes que vinculan a la región en su integridad.

El año pasado fue bueno en las cifras del turismo, pero no libre de problemas. El tráfico imposible en la ruta hacia Ensenada, los atochamientos en el parque nacional Vicente Pérez Rosales, problemas en los accesos por los peajes anacrónicos, entre otros. A veces al borde del colapso, si es que no, en el colapso mismo.  

La mejor promoción que puede hacer Puerto Varas es la calidad de la experiencia que ofrece. El destino, sobre todo en sus lugares más sensibles, necesita planes de manejo que interpreten con argumentos técnicos la capacidad de carga. La tecnología existe, pero debe ser aplicada y centralizada, para que el sistema funcione. Las ordenanzas municipales y la fiscalización merecen acompañar el camino de manera constante. No es el caso de lo que pasa con el comercio ambulante, a pocas semanas de partir una nueva temporada, se ve como cotidiano lo que no se permite.

El rol de la asociación de municipios de la cuenca del lago Llanquihue, conjunto a los PTI Ruta de los Parques de la Patagonia y PTI Cueca del lago Llanquihue destino creativo, son articulaciones fundamentales para advertir y superar pequeñas y grandes amenazas. Ambos programas que integran al municipio, como política de continuidad, buscan consolidar una mirada de turismo como consecuencia de la conservación del patrimonio natural y cultural. Un turismo con sentido, convocando un tipo de viaje más personalizado y diversificado en la oferta, alejando la idea del turismo de masas y sus estragos. Este esfuerzo contrasta con los problemas de masividad sin contención, que se agregan al crecimiento residencial de la cuenca sin la debida regulación. La suma entre más residentes y más visitantes, al mismo tiempo, durante la temporada alta, puede generar otra forma de colapso, desconocida hasta ahora.

Proteger el destino pasa por contener los problemas asociados a la ausencia de regulación, mientras se definen los procesos de ordenamiento, tanto a nivel comunal como intercomunal y nacional. Una lógica realista entre planes transitorios y definitivos. Un plan de verano en la cuenca, más allá de la parrilla de eventos culturales y deportivos de cada comuna.

Los problemas entre las comunas que integran la cuenca de lago Llanquihue suelen ser compartidos. Conectividad precaria, transporte público deficiente, basura, infraestructura de uso público fantasma, seguridad vulnerada. El estado de avance para solucionar los problemas sí es diferente. Tal vez lo más obvio es contrastar el muelle y costanera que tiene la comuna vecina, Llanquihue, con la realidad que aún mantiene Puerto Varas.

El año pasado Puerto Varas no ofreció nada muy nuevo a los visitantes nacionales. A nivel de infraestructura, sigue igual. Ni nueva costanera, ni plazas nuevas, ni esculturas, ni paraderos nuevos, ni señalética nueva, ni ciclovía, ni juegos nuevos, ni terminal de buses.  ¿Hay algo nuevo en Puerto Varas?

Sí. El año pasado se hizo un sincero esfuerzo por descentralizar las actividades, además, acercarlas a los vecinos. Esto es fundamental. El verano debe sobre todo ser para los vecinos. Los residentes son quienes deben ser los primeros convocados a ser los protagonistas de esta nueva temporada, anfitriones y representantes del respeto cívico por el cuidado del lugar.

Durante todo este año se ha estado hablando con mucho énfasis del crecimiento de Puerto Varas, el nuevo habitar, la crisis de identidad, la migración de las grandes ciudades y sus efectos. Considerando tanta advertencia, es de esperar que las autoridades en su conjunto diseñen un plan para evitar el colapso del destino en temporada alta. Si el retorno del turismo extranjero se encuentra con una realidad de cuenca asociada al colapso, sin la debida organización para evitar estos problemas, sin vincular sinceramente a la comunidad, la experiencia hará un daño que no se sanará ni con 100 campañas publicitarias de posicionamiento de destino en el extranjero. Hay que cuidar y proteger el destino. Cuidar el turismo en este retorno es esencial, más considerando los complejos años anteriores. Anticiparse a los problemas es ahora.

Por: Pablo Hübner