• 23 de Abril

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Ahora se pueden ver en línea los concejos municipales de manera oficial. Las similitudes y las diferencias entre alcalde y concejales se expresan en el mejor beneficio de la necesidad. Sin insultos, recriminaciones o gritos. Los errores en procedimientos formales son aceptados como parte del rodaje y así, el escándalo por lo poco no se roba lo importante. En la realidad comparada, han sido buenas semanas.

Este gobierno no tiene por meta sólo ser mejor que los gobiernos anteriores. Su compromiso es enfrentar de manera participativa, tanto los desafíos como las oportunidades que presenta la comuna, en el corto, mediano y largo plazo. El programa electo por la comunidad es ambicioso y tiene afán colectivo. Lo firman más de 100 personas, ordenadas alfabéticamente por sus nombres, no sus apellidos. El corazón de la promesa es la participación, efectiva, ordenada y, sobre todo, vinculante.

Todos los días se informa en las redes sociales del municipio las distintas reuniones que tiene la administración. Durante los concejos municipales se hace un completo resumen ante los concejales y la comunidad. Se anuncia la creación de diferentes mesas y asociaciones de trabajo con actores esenciales para articular soluciones en conjunto. Son las bases del proceso y también las bases de las diferencias con el pasado.

Junto con eso, se ha considerado la creación de 15 mesas barriales y ya van dos encuentros. En grandes hojas blancas se anotan inquietudes, expectativas y sueños. Algunos representantes de los vecinos han expresado la sensación de haber ganado algo que antes no existía. Muchos de ellos llevan años en esto y vieron por años el avance más lento de lo necesario, mientras la energía se gastaba en problemas que no eran sus problemas. La necesidad de una auditoría externa y las permanentes modificaciones presupuestarias surgen como parte de este letargo tan ubicado entre lo que se hizo y lo que no se hizo.

El proceso de participación que encabeza el gobierno municipal es inédito. Como en toda novedad significativa, hay incertidumbre y expectativas, optimismo y pesimismo. No todos tienen los mismos problemas. Ni las mismas urgencias. Ni las mismas prioridades. Desde que es vital financiar que un equipo de un deporte vaya a un viaje, a colaborar con una rifa solidaria, recuperar espacios públicos para la cultura, sanar el medio ambiente, potenciar la vivienda social, solucionar el problema vial, esterilizar gatitos y censarlos, invertir en emprendimiento para la reactivación, entre múltiples necesidades.

Ante lo nuevo las dudas son inevitables y será el relato de los hechos los que fortalecerán la construcción de certeza, bajo la claridad en la metodología, sobre todo en su cualidad deliberante. Porque todos quieren ser tomados en cuenta. Algunos quieren participar, otros no quieren, otros no pueden, pero todos quieren ser tomados en cuenta. La expresión de la realidad social comunal y sus necesidades más urgentes está tanto en la voz como en el silencio. ¿Es participar activamente requisito para ser tomado en cuenta?

Ya van más de 300 solicitudes de audiencia para conversar con el alcalde los jueves. Ellos no van sólo para escuchar a Tomás, van para que Tomás los escuche. Y lo hace, mientras anota en su cuaderno. Eso contiene, serena la inquietud, renueva los plazos para cumplir expectativas, pero también pone presión, porque la voz, por diversa que sea, solicita acción. Este gobierno municipal será el más corto de la historia, apenas tres años y medio. La participación tiene plazos y las acciones se ajustan a recursos acotados. ¿Cómo se decide qué se hace y qué no? ¿Se vota? ¿El alcalde decide? ¿Su equipo decide? ¿Un algoritmo? ¿Una consulta abierta? ¿Cuándo se decide? ¿Depende? ¿De qué?

La confianza mayoritaria en el mejor resultado está otorgada por el voto democrático que decide por este proceso, más allá de las dudas y certezas. Ahora, en el ejercicio del cargo, el trecho entre los dichos y los hechos tiene tic y tac y será determinante para el gobierno comunal más breve de la historia de la comuna. Su éxito o fracaso en deliberar de manera vinculante será también el de toda la comunidad, participen o no.

Por: Pablo Hübner