Con la llegada de los primeros días de marzo empieza el fin de la temporada alta de turismo en Puerto Varas. Los días son más cortos, las tardes son más frías y las mañanas tienen esa neblina rara que no te deja saber cómo se viene el día. Termina así la que fue tal vez la peor temporada desde que existe el turismo en la zona. La pandemia generó un efecto dominó de cancelaciones, postergaciones, adaptaciones y también, despidos. La recuperación será lenta y probablemente, partirá desde lo regional a lo nacional, para más adelante, volver a recibir viajeros internacionales. El proceso de vacunación es un gran aliciente al optimismo, pero, lo perdido sigue perdido.

El turismo en la cuenca del lago Llanquihue tiene muchos atributos para poder recuperarse. No es sólo un lugar de lindos paisajes para unas fotos, con buena conectividad y excelentes servicios para la comodidad y entretención de los viajeros.

La cuenca del lago Llanquihue cuenta con una herencia cultural profunda, presente y latente. Se mezclan en este territorio, determinado por el segundo lago más grande de Chile, el pasado de los viajes estacionales de habitantes de Monte Verde, la cultura Huilliche, la cultura chilota, así como también, la colonización alemana y la reciente llegada de nuevos residentes, la mayoría desde las grandes ciudades.

La cuenca del lago Llanquihue, como un gran puerto navegante, cual puerta, atrae personas de todo el mundo, generando un flujo de conocimiento permanente. La expresión está viva y presente en la personalidad de cada comuna de la cuenca del lago: La arquitectura, la música, la artesanía, la gastronomía, las artes visuales.

La cuenca del lago Llanquihue es un centro de experiencias basadas tanto en su patrimonio natural como en su patrimonio cultural. Este es un destino maduro y que puede profundizar mucho más su integración y asociatividad. Reactivar el turismo tiene que ser el debate de cómo promover y proteger el patrimonio natural y el patrimonio cultural de la zona.

La cuenca de lago Llanquihue y sus cuatro comunas, Puerto Varas, Llanquihue, Frutillar y Puerto Octay, tienen mucho que decir. La experiencia de turismo que ofrecen tiene que ver con la expresión viva de su propia identidad y tradición. La unión entre paisaje, servicios y experiencias culturales. Porque viajar es mucho más que ir de un lugar a otro. Viajar implica una responsabilidad con la inquietud. Esas ganas de querer saber más. Compartir conocimientos. Miradas. Colores. Sonidos. Imágenes. Sabores. La necesidad de vivir momentos que serán recuerdos significativos para la vida.

La ubicación estratégica de la cuenca del lago Llanquihue fortalece el sentido de encuentro entre rutas, favoreciendo el espíritu de puerto. Hacia la cordillera se encuentra Puelo, Cochamó, Villa La Angostura y Bariloche. Hacia el norte la ruta de Entre Lagos y la segunda principal ciudad de la región, Osorno. Hacia la costa se ubica la gran isla de Chiloé. Hacia el sur la capital regional, Puerto Montt, punto de inicio de la Carretera Austral, primer tramo de la Ruta de los Parques de la Patagonia. Así, lagos, volcanes, cascadas, ríos, cielo y nubes de todas las formas y colores, se conectan con la arquitectura, la música, las artes visuales, la gastronomía y la artesanía de una cultura diversa y vibrante.

El trabajo para potenciar la asociatividad turística cultural de las cuatro comunas de la cuenca del lago Llanquihue es un esfuerzo importante para la reactivación por la pandemia, sobre todo por la importancia de defender el patrimonio natural y el patrimonio cultural de la cuenca del lago Llanquihue.