• 24 de Abril

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Nuestra ciudad se debe preparar psicológica y socialmente para lo que se viene. Carteles por doquier, afiches, pancartas, banderas, pósters, banderines, pendones, gorros y chapitas. Todo lo necesario para “la campaña de las campañas”. Pero a diferencia de lo que hemos visto en torno al mundo electoral donde vemos caras, nombres, números y letras, indicando el o la candidata, esta vez todo se reduce a dos opciones: Aprobar o Rechazar.

En esta ocasión no se trata de elegir quién podría representar mejor nuestro pensar, nuestros anhelos o luchas, esta vez se trata de algo mucho más grande. Algo que definirá nuestro vivir los próximos 30 años. Algo que dibujará el cómo queremos relacionarnos entre nosotras y nosotros como sociedad, pero también con la naturaleza, los animales y con quienes históricamente han sido excluidas y excluidos (y que no habían sido nombrado antes): los pueblos indígenas, las mujeres y discapacitados.

Las opciones son dos, que no te mientan. Lo que venga después no será decisión nuestra. Será decisión de los partidos políticos, comprometidos o no con hacer cambios o reformas.  Y ahí tendremos que revisar la historia y ver quiénes son los que siempre han luchado por un cambio y quiénes lo han trabado. Y en esta búsqueda encontraremos que -y quién podría extrañarse- los que han impedido las transformaciones coinciden justamente con los mismos que hoy quieren Rechazar (para ¿Reformar?).

¿Y cómo no? Llevan décadas aferrándose a esta Constitución. No les conviene salir de ahí. No es negocio cambiar la Constitución del 80. La desahuciada Constitución del 80. Un entramado de obstáculos planificados por Jaime Guzmán para jamás cambiar el carácter del Estado. Un Estado subsidiario, que dejó a merced de los privados la solución final de los problemas sociales, dando paso inevitablemente a que ellos lucraran con los derechos básicos de nuestro país. Y así, de repente, - y no tan de repente, sino que escondido bajo una Dictadura Militar- nos vendieron la educación, la salud e hicieron negocio con nuestra vejez. Eso es la Constitución del 80. Ningún cambio constitucional, ni reforma Laguista tocó el centro de lo que una minoría decidió que fuéramos: un país hecho a la medida de unos pocos poderosos, a costa del endeudamiento y el trabajo de la mayoría.

Pronto serán 3 años desde que reventamos y se dio paso al Estallido Social. Acogotados de tanta mentira, de tanta alegría incumplida y de tanto jaguar imaginario. No olvidar que el proceso de escribir una Nueva Constitución viene de ahí. Tiene vida, tiene muerte, tiene historias y experiencias, tiene dolores y sentires. Esta Nueva Constitución abre la puerta a un Gran Acuerdo Social, uno del que como chilenos jamás habíamos podido participar, y que acordó por amplia mayoría no solo escribir una nueva carta magna, sino que ésta fuera escrita en democracia, con independientes, con paridad y escaños reservados; con participación ciudadana, con profesionales especialistas en áreas como educación, salud, medio ambiente y justicia. Qué lindo proceso el vivido. Abracémoslo. Es nuestro. Sabemos que el camino tuvo altos y bajos, pero fue nuestro. Nosotras y nosotros lo elegimos.  Pese a esto, ahora viene lo realmente difícil, salir a terreno y defenderlo.

A diferencia de otras campañas, esta no se trata de promesas y frases grandilocuentes, es más difícil, es ardua. Esta campaña se trata de involucrarnos día a día en un proceso de conversación, de diálogo y de escucha. Porque esta decisión definirá qué tipo de sociedad queremos ser. Una sociedad subsidiaria o beneficiaria, una sociedad que lucra o una que protege. Esta decisión envuelve todo lo que imaginas para ti, tu familia y tu comunidad. Pon atención, lee, escucha, debate. Este 04 de septiembre tenemos el poder de decidir los cimientos en los cuales queremos que se construya este Nuevo Chile.

El Rechazo tiene una sola opción y ninguna garantía: volver a la Constitución del 80 y seguir viviendo en un Chile en constante ebullición. El Apruebo abre puertas a una sociedad que garantice derechos fundamentales que nos permita vivir en un país más justo, más libre y más democrático. Porque amamos nuestra patria y a los que viven en ella, y queremos que el Estado nos proteja otorgando respaldos para un mejor vivir. El Apruebo es vivir mejor. Esta no es cualquier campaña, esta es “la campaña de las campañas”. A la calle.

Ana María Santos - Militante Convergencia Social.