• 24 de Abril

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Sra. Editora El Heraldo Austral:

En la edición del sábado pasado, el Sr. Pedro Díaz Polanco, Director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Austral de Chile, ningunea el acuerdo histórico al que concurrieron  prácticamente la totalidad de las fuerzas políticas con representación parlamentara para que los chilenos y chilenas nos demos una nueva constitución en democracia. Así lo han reconocido la abrumadora mayoría de analistas, políticos, medios de comunicación y la misma opinión publica a través de las encuestas. Utilizar el peyorativo de “letra chica” es una deshonestidad intelectual, hoy resorte fácil alimentado por la desconfianza patológica que atraviesa nuestra sociedad, e intelectualmente flojo para descalificar automáticamente sin mayor reflexión aquello con lo que simplemente se disiente.

La Ley 20.840, que sustituyó el rígido sistema electoral binominal en las últimas elecciones parlamentarias, lo corrigió por uno de carácter proporcional inclusivo, que busca asegurar la proporcionalidad y fortalece la representatividad del Congreso Nacional, estableciendo el aumento de parlamentarios, además de mayor participación femenina y la disminución de barreras para la creación de partidos políticos, aumentado de paso el número de diputados de 120 a 155. De esta manera se logró que el poder legislativo sea más representativo de la realidad del país. 

El método de representación acordado para la Convención Constituyente podrá elegir, entre una de sus alternativas, el 100% de sus integrantes, manteniendo el modelo antes señalado (Sistema D’Hondt) que permitió que la Cámara de Diputados renovara el 50% de sus 155 vacantes en su última elección, por personas que nunca antes habían estado en el Congreso y donde  ingresaron nuevas fuerzas políticas. Además, en el acuerdo del viernes se aprobó mejorar aún más la representación de género y de entregar una cuota de representación para los pueblos originarios.

Efectivamente este sistema que aumenta la representatividad electoral se expresa a través de partidos políticos. Estos son la expresión organizada de intereses y visiones colectivas para organizar el Estado y conducir el gobierno y no la mera agrupación de intereses individuales, fragmentados y dispersos. En el actual ordenamiento los candidatos independientes si bien pueden participar, ya sea en solitario o sumándose a  pactos con los partidos ya inscritos, no pueden conformar listas independientes que podrían ser innumerables, precisamente para que los elegidos representen visiones colectivas y no meras voluntades individuales sujetas a los vaivenes personales. Tampoco es razonable pensar que el independentismo esté provisto de una moralidad, eficiencia  o virtud que los militantes de partidos no poseerían. No en pocas ocasiones,  a través del velo de la independencia,  se ocultan preferencias políticas simulando una neutralidad o autonomía de carácter, mientras los militantes serían considerados esclavos de oscuros y mezquinos intereses y órdenes de partido. Con todo, a pesar de que el eje izquierda-derecha puede estar superado, sigue siendo una buena orientación para muchos electores.  

Lamento que el Sr. Díaz Polanco no haya sabido reconocer un hito histórico, que da inicio al proceso para elaborar una nueva Constitución aprobada por el pueblo en democracia, y  donde vimos la mejor expresión de la política cuando se ejerce sin complejos y no se abdica de ella. A lo mejor más que un problema de letra chica, fue simplemente uno de miopía.

Hernán Mladinic Alonso
Sociólogo