• 06 de Octubre

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El centenario de Chile: entre la celebración y el luto

Por José Pedro Hernández Historiador y académico Facultad de Educación Universidad de Las Américas


El centenario de Chile en 1910 es un hito que marcó a nuestra nación por una serie de acontecimientos insólitos que lo convirtieron en una verdadera tragicomedia. A la alegría de celebrar un siglo de independencia, se sumó la incertidumbre política y el luto por la pérdida de dos presidentes en un corto período.

Don Pedro Montt, afectado por la tragedia del terremoto de Valparaíso, falleció semanas antes de la gran celebración en Alemania, durante el tratamiento de su enfermedad cardiaca que le aquejaba. El vicepresidente, Elías Fernández, asumió la responsabilidad de organizar los festejos, pero el destino le tenía preparado un final similar, murió días antes del 18 de septiembre.

En medio de la conmoción, Emiliano Figueroa asumió la presidencia. Con pragmatismo y quizás un toque de humor negro, se dice que en el funeral de Fernández se abrigó para evitar un resfrío que empañara aún más la situación. La anécdota de la mantelería con las iniciales "E.F.", reutilizada para evitar gastos, ilustra el espíritu práctico de la época.

El centenario se festejó con bombos y platillos. Construcciones como la Estación Mapocho y el Palacio de Bellas Artes se inauguraron para mostrar al mundo el progreso del país. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar. La exclusión del pueblo en los festejos y la inversión en grandes obras en un contexto de crisis económica, generaron controversia.

A pesar de las dificultades y contradicciones, el centenario quedó grabado en la memoria colectiva como un momento único. Un tiempo para reflexionar sobre la identidad nacional, los logros alcanzados y los desafíos pendientes. Las anécdotas de los tres presidentes, con su mezcla de tragedia y humor, nos recuerda que la historia de Chile, como la vida misma, está llena de matices.