• 19 de Abril

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En octubre parte un proceso electoral lleno de decisiones. Entre este año y el próximo tendremos Plebiscito Nacional, elección de Alcalde, Concejales, Senadores, Diputados, Constituyentes (dependiendo de los resultados del Plebiscito Nacional 2020), Gobernadores Regionales, Core, Presidente de la República. Tendremos elecciones regulares y elecciones extraordinarias.  

Para el caso de las elecciones municipales hay una dualidad latente y decisiva. Por un lado, está el rol pragmático, ejecutivo, resolutivo, basado básicamente en gestión administrativa, el discurso de la eficiencia, proactividad, modernización, innovación y todas esas palabras recurrentes que suenan bien. Luego, está la cara ideológica. Visión de comuna, de región, de país, de planeta. Imaginación de futuro. Perspectiva y claridad en la posición política. El mundo de las ideas.

Considerando los hechos de los últimos meses, el debate del mundo de las ideas necesita mucho más. Si algo ha quedado claro es que la gente está cansada de las independencias por conveniencia y de las militancias por conveniencia y de los discursos por conveniencia. Cansancio de las fachadas. Se necesita realidad.

Esta elección municipal de Puerto Varas probablemente será una de las elecciones con más contenido en el debate. Los candidatos no sólo deben plantear sus propuestas para la comuna, sino que, además, deben comunicar con sentido de épica el futuro que esperan y buscan, tanto para la comuna, el país y el planeta. Cuentas claras. Visión. Perspectiva. Sentido de protagonismo. Liderazgo.

La preocupación de esta elección no puede ser pensar en al lado de quien me tomo la foto y con quien me la dejo de tomar. Tampoco en hacer una maqueta con un proyecto emblema y multiplicar otros presuntos proyectos y hacer de esa foto un programa de gobierno municipal. La política maqueta y la batería de proyectos por área no es suficiente.

Un candidato tiene que decir lo que piensa, no sólo lo que pretende hacer. Los electores merecen saber cuáles son las ideas y motivaciones, perspectivas y visiones. No un discurso bonito de tarjeta de navidad. No palabras comunes en lugares comunes a modo de cortesía. No un discurso para no incomodar. No un discurso con calculadora en la mano. Realidad, simplemente la realidad, lo que por cierto incluye, adhesiones. La pregunta que seguro se repetirá durante muchas entrevistas políticas: ¿Usted votó por el apruebo o por el rechazo?

Durante los últimos meses, entre el estallido social y la pandemia, las municipalidades, en general, han adquirido un renovado protagonismo a nivel nacional. Su cercanía con la gente y el conocimiento de los problemas contrasta con el vacío de poder de otros organismos públicos envueltos en polémicas, ausencias y faltas que marcaron la política de los últimos años.

Los candidatos a las elecciones municipales deben saber tomar conciencia del desafío que implica este protagonismo. Están postulando a cargos de renovada importancia en un contexto electoral histórico. No es como cualquier elección municipal. La mejor manera de colaborar en este profundo proceso democrático desde sus candidaturas es con claridad.

Quienes sean claros en sus puntos de vista, miradas y decisiones, serán un aporte. Los candidatos que no expresen con claridad sus ideas, ya sea por presunta conveniencia, temor, estrategia o como estimen, no sólo dañarán el proceso, sino que son candidaturas que fracasarán, incluso, si consiguen los votos que buscan.

 

Por: Pablo Hübner