• 22 de Mayo

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La interconexión entre la salud humana y la de la Tierra es mayor de lo que se cree

La interconexión entre la salud humana y la del planeta es un tema esencial que abarca diversos aspectos. Asimismo, de acuerdo a la FAO, más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo depende, a...

  • La interconexión entre la salud humana y la del planeta es un tema esencial que abarca diversos aspectos. Asimismo, de acuerdo a la FAO, más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo depende, al menos en parte, de la polinización realizada por animales, como abejas, mariposas y aves. Por ello, resulta imperativo cuidar la naturaleza, debido a que dependemos de los recursos naturales. De hecho, más de la mitad del PIB mundial depende del ecosistema.

“La conexión entre ambos estados es intrínseca y vital para el equilibrio de la vida en la Tierra; puede visualizarse como un sistema interdependiente donde cualquier alteración en uno afecta al otro. Un medioambiente saludable es fundamental para garantizar una vida sana, ya que los ecosistemas sanos aportan a los seres humanos mayores servicios ecosistémicos, como una mayor disposición de agua y de alimentos”, señaló Consuelo Romano, agrónoma y directora ejecutiva de Fundación Lepe.

En ese sentido, la OMS hace un llamado a tomar medidas importantes en sectores como la energía, el transporte, los sistemas alimentarios y las finanzas para combatir el cambio climático y proteger el bienestar de las personas.

“Las actividades humanas, como la deforestación, la sobreexplotación de recursos y la generación de residuos, aceleran la degradación ambiental y retroalimentan este ciclo perjudicial. En contraste, adoptar medidas sostenibles, tanto en el ámbito de regeneración ambiental como social, tiene un impacto positivo tanto en la salud pública como en la del planeta”, indicó Romano.

Los estudios y datos existentes, afirmó, subrayan la urgente necesidad de abordar de manera conjunta los desafíos ambientales y de salud pública, implementando políticas y acciones concretas que protejan dichos aspectos.

“La clave está en comprender que invertir en la salud de los ecosistemas no solo beneficia al medio ambiente; también reduce la carga de enfermedades, mejora la calidad de vida y construye resiliencia frente a futuros desafíos globales. La sostenibilidad no es solo un ideal, sino un requerimiento compartido entre la Tierra y todos los que vivimos en ella”, finalizó Consuelo Romano.