• 28 de Marzo

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A casi dos semanas del reporte de las primeras mortalidades por Floraciones algales nocivas en el Fiordo Comau en la Región de Los Lagos y días después otros episodios de mortalidades masivas en Aysén, las labores de retiro de mortalidad aún no han finalizado.

Las imágenes registradas este fin de semana con el vertido de aguas contaminadas sin ningún tipo de tratamiento directamente al mar son inaceptables, es un delito. Esta situación excede  el plazo máximo de 96 horas que contempla la ley para retirar mortalidades desde centros salmoneros. Es por ello que Greenpeace se encuentra recopilando todos los antecedentes y presentará una denuncia penal al Ministerio Público para que se investigue a fondo esta contaminación.  Los ecosistemas marinos y las comunidades que dependen de ellos no pueden seguir esperando que se siga afectando impunemente los ecosistemas”, aseguró, Estefanía González, Coordinadora de Campaña de Greenpeace. 

Para la organización ambientalista, Greenpeace, esta situación es recurrente desde la industria salmonera y enfatizan que  los ecosistemas marinos vuelven a ser utilizados como vertedero industrial por parte de las empresas. También se repite la falta de información respecto a la magnitud de la crisis por parte de los involucrados. Es urgente conocer cuáles son los lugares de destino de las mortalidades, y de los peces trasladados a otros centros. Incluso las cifras de mortalidad resultan contradictorias, como por ejemplo, en el caso de Camanchaca que el día 4 de abril informa más de 2.000 toneladas a sus accionistas, mientras que informa una cifra 50% inferior a las autoridades de pesca y medioambiente.

“Las impactantes imágenes desde el centro de cultivo de la empresa Camanchaca en el sector de Porcelana, en el Fiordo Comau, en donde se pueden presenciar los niveles de putrefacción que tienen los salmones muertos, y como en el proceso de aspirado de estos para su retiro, se vierten al mar, fuera de las jaulas, donde además se pueden ver  aguas contaminadas con restos biológicos con sangre, vísceras, restos de mortalidad en descomposición son imágenes que  suponen un peligro enorme para el ecosistema, especialmente dados los altos niveles de microalgas nocivas existentes en el fiordo en los últimos días”, agregó González. 

Desde la organización AIDA, que han llevado una exhaustivo trabajo denunciando la contaminación de las salmoneras, la abogada, Florencia Ortúzar  explica que: “ Van ya más de 5 mil toneladas de salmones muertos. Llenarían más de 400 camiones de basura. Las zonas de fiordos cerrados con poco recambio de agua en tiempos de cambio climático no pueden soportar la cantidad de materia orgánica que descargan las salmoneras al mar. Ya lo hemos visto antes. Lo único responsable que queda por hacer es poner freno a la industria.”.