• 29 de Marzo

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Con la intervención de los equipos de Urgencia, Traumatología y Pabellón, especialistas del Hospital Puerto Montt (HPM) lograron reimplantar la mano izquierda de un paciente quien llegó al centro asistencial tras sufrir la amputación de dicha extremidad. A pesar de lo infrecuente y técnicamente demandante de este tipo de lesiones, el procedimiento fue llevado a cabo con éxito por el equipo, quienes debieron intervenir quirúrgicamente en más de una ocasión posteriormente, logrando que el paciente recuperara la movilidad del segmento.

Dr. Pedro Ruiz Conrads, cirujano de Mano, parte del Equipo de Extremidad Superior de Traumatología del HPM relató que, “una de las cosas más relevantes del caso tiene que ver con la activación del sistema sanitario, cómo se recibe al paciente, reconoce la viabilidad del procedimiento y cómo se genera todo la logística necesaria que viene después.  Esto significa que el paciente y el segmento (extremidad) se encuentren aptos, que las condiciones técnicas y sanitarias sean suficientes para poder ejecutar correctamente el acto quirúrgico”.

Tal es así que el equipo de Urgencia, en particular el residente de Traumatología, Dr. Sebastián Sepúlveda, reconoció la oportunidad de tratamiento para el paciente y debió gestionar pabellón, instrumental y el personal para que el procedimiento fuese viable.

 

¡Importantísimo! El transporte del segmento

El Dr. Ruiz destaca que, el reconocimiento y el transporte del paciente y segmento amputado es un elemento central. Aun si todas las condiciones necesarias están presentes, si falla el transporte oportuno y adecuado la viabilidad del reimplante disminuye. “Es necesario que las personas que se vean enfrentadas con este tipo de lesiones, pacientes en la calle, en la casa o en el trabajo, sepan reconocer y transportar los segmentos”. 

“Algo muy importante es que debemos educar  los centros de salud, las urgencias, las empresas y trabajadores y a la población general, que el transporte de la pieza como un dedo, una mano o un brazo, para ser re implantado, debe ser puesto dentro de una bolsa plástica limpia y cerrada. Luego esta bolsa cerrada y seca debe ponerse en un cooler con agua y hielo. Nunca la pieza va directo al agua y ni en contacto directo con el  hielo”, detalló.

Añade que todo segmento amputado puede ser potencialmente reimplantable. Por lo que la activación oportuna de los equipos de salud y transporte es vital. “Para este tipo de procedimientos lo ideal es contar con dos equipos quirúrgicos entrenados. Porque es necesario trabajar simultáneamente tanto en la pieza amputada como en el paciente y, después, ejecutar el reimplante”, enfatizó el Dr. Ruiz.

 

Cirugía en varias etapas

El Equipo de Mano y Traumatología del HPM detalla que la cirugía tiene varias etapas. “Nos tomó alrededor de 4,5 a 5 horas aproximadamente. Participaron, el personal de Urgencia, Pabellón, el Dr. Vallejos (Cirujano Vascular) el Dr. Sebastián Sepúlveda, residente de Traumatología, el Dr. Silva (Cirujano de Mano) y toda la cadena logística de Imagenología, Esterilización, entre otros”.

“Al cabo de unos días y comprobada la viabilidad de la extremidad, se practicó otra cirugía para completar el procedimiento, reparando el nervio mediano y los tendones flexores. El paciente ya se encuentra moviendo los dedos de la mano. Entonces, hasta este momento y aún cuando falta un largo camino, el reimplante ha sido un proceso exitoso”, comentó el Dr. Ruiz, destacando que ya han pasado cerca de 15 días de la lesión.

Sobre la frecuencia en este tipo de lesiones y procedimiento, el Dr. Ruiz añade que es un procedimiento demandante y poco habitual. “A nivel nacional probablemente hay mayor experiencia en los centros más grandes, como el Hospital del Trabajador en Santiago, que es un centro de derivación de accidentes laborales”.

“¿Y por qué es tan infrecuente?, porque fallamos en educar a la población y generar conciencia de cómo debemos enfrentar estas lesiones. Reconocer una amputación re-implantable, activar el sistema sanitario, contar con implementación adecuada y traslado correcto y oportuno son nuestras tareas futuras”, concluyó el Dr. Ruiz.

 

Coordinación de equipos

En el caso en cuestión, nos contextualizamos  un viernes en la tarde cercano a las 20 hrs. en donde nos avisan por parte del SAMU que viene en camino un paciente con una amputación traumática de la mano. Frente a esto y tomando las medidas pertinentes en cuanto a la contingencia (cada paciente grave que ingresa al Hospital debe ser evaluado como si fuera un paciente positivo Covid hasta que se demuestre lo contrario, por lo que el uso de los elementos de protección personal es prioritario) esperamos la llegada del paciente dispuestos a reanimar”, relató el Dr. Sebastián Sepúlveda, traumatólogo general y residente de Traumatología en la Urgencia del HPM.

A su llegada constatamos un paciente grave en shock hipovolémico por pérdida sanguínea en contexto de amputación a nivel de la muñeca.  El equipo de reanimación de Urgencia entre médicos, enfermeras y técnicos logró estabilizar al paciente, y el SAMU nos facilitó el segmento amputado en una bolsa sellada y dentro de otra que contenía agua y hielo. Evaluamos la pieza y cumplía con los criterios para poder intentar realizar un reimplante pese a no tener clara la hora en que el individuo sufrió la amputación”, relató el Dr. Sepúlveda. 

Debido a que estos casos particulares son raros, “una de las cosas que fue más prioritaria en mi evaluación fue coordinar un pabellón de emergencia (los minutos de isquemia de una extremidad son cruciales) en donde se debía contactar y ver la disponibilidad de los profesionales idóneos de forma inmediata, coordinar materiales específicos y lograr realizar una cirugía que inicie de forma rápida lo cual en estos momentos de contexto Covid, donde los protocolos de manejo de paciente son un poco más lentos  de lo habitual, se hace más difícil”, añadió.

El Dr. Sepúlveda agrega que, “en este punto hay que destacar el aporte y el trabajo transdisciplinario de los profesionales de la salud en donde confluyeron especialistas de cirugía de mano, cirugía vascular, neurocirugía y el importante apoyo del personal de pabellón y anestesia logrando realizar la cirugía con 2 equipos de trabajo a la vez, generando en el primer acto quirúrgico la estabilización de la mano amputada y la restauración del flujo sanguíneo prioritario para poder iniciar el proceso de reimplante. Todo esto en un tiempo de respuesta muy adecuado y rápido para haber sido de las primeras cirugías que se realizan de este tipo”.

El HPM tiene profesionales de alto nivel que pueden resolver patologías complejas y así ha quedado demostrado. De aquí en adelante es importante tener la red preparada para que, como en este caso, pueda haber una correcta evaluación de las situaciones de reimplante futuras y una respuesta rápida para poder replicar estos resultados en los casos que se precisen”, manifestó.