Un estudio realizado por la Sociedad para la Investigación del Desarrollo del Niño, en Estados Unidos, comprobó el gran impacto positivo que tiene la presencia de los hombres en la crianza de los hijos, logrando demostrar “que la participación masculina en el hogar permite que los niños desarrollen en forma más temprana sus actitudes y habilidades cognitivas, tales como su capacidad del lenguaje, comprensión, resolución de problemas, procesamiento de la información”, etc.
Varias de las madres entrevistadas relataron el positivo efecto que tuvo en sus hijos varones, el hecho que el padre se involucrara personal y directamente en la crianza del menor. En uno de los casos, la madre señaló, que su hijo había logrado en cuatro meses los avances que el colegio, fonoaudiólogos y psicopedagogos no habían podido alcanzar en un año de trabajo con el niño. Ello, gracias a la diaria presencia y preocupación del padre en torno a su hijo.
Es más. La investigadora jefa del estudio, la Dra. Stephanie Somerville, de la Universidad de Michigan, EE.UU., constató “que en el caso de los menores de familias de escasos recursos, la participación de los papás en la crianza de los niños puede ayudar a reducir la brecha relacionada con el conocimiento y el manejo del lenguaje”, al compararlos con niños que pertenecen a un estrato social más alto y que tienen acceso a una educación de mejor calidad.
Uno de estos estudios investigó durante varios años el comportamiento que tuvieron 290 papás y mamás con sus hijos de dos a tres años de edad, mientras realizaban actividades de juegos con ellos, donde los expertos observaban y grababan las interacciones que se producían entre ellos, conductas tales como: si había muestras de amor hacia el menor, si las relaciones eran estimulantes y cariñosas, o bien, si éstas eran distantes, frías o severas. En base a estas miles de observaciones, los especialistas determinaron las ventajas que se producían en la cantidad de vocabulario y desarrollo intelectual que tenían aquellos menores que mantenían una relación cercana con su papá.
Se determinó, asimismo, que cuando los papás se involucraban en la crianza de los hijos, la visión del mundo de estos niños –sobre todo cuando eran más grandes– era mucho más amplia y diversa, por cuanto, estos “papás involucrados aportaban a la socialización del menor y a la ampliación de la cultura de los niños”, especialmente, cuando los llevaban a realizar actividades de camping, a visitar museos, o cuando les hablaban de temas contingentes relacionados con el deporte, el arte o la educación.
Resulta relevante señalar, que no sólo los padres biológicos juegan un rol en el desarrollo del niño, sino que también lo puede ser el apoyo que brinda un abuelo o un tío, quién se puede convertir en un referente y figura significativa para el niño, generando un impacto positivo en su crianza. En este caso específico, se trata de un abuelo o de un tío que hace las veces de papá, quién cuida, quiere y acompaña al niño en su proceso de desarrollo y crecimiento.