• 03 de Octubre

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Para sanar desde el corazón

Dr. Franco Lotito Catino

Conferencista, escritor e investigador (PUC)


“El corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que puedes regalar” (Gustave Flaubert, escritor y novelista francés).                                                                                                                   

Sin que importe mucho, si se es una persona rica o pobre, hombre o mujer, o el tipo de religión que uno profese,  una cosa queda muy clara, a saber, que la capacidad que tiene una persona para conectarse con su mundo interior, es el punto clave que nos ayuda  a crecer, a vivir mejor y en armonía como seres humanos y, de manera muy especial, a sanar desde el propio corazón. Más aún, en tiempos de crisis social, económica, sanitaria o climática como la que estamos viviendo hoy en día.

El matemático, físico, escritor y filósofo francés Blaise Pascal, afirmaba, que “El corazón tiene razones que la razón desconoce”, con la finalidad de destacar que no todo es razonamiento lógico o sólo números en la vida de las personas.  Preguntémonos, entonces: ¿deseamos cambiar el estilo de vida y la forma de vivir que estamos llevando, pero no sabemos cómo hacerlo? Pues bien, en nuestro cuerpo existe una suerte de “inteligencia rectora” que nos puede conducir a la salud y al bienestar, y muchos expertos coinciden en destacar que los seres humanos son los únicos habitantes de la Tierra que están en condiciones de modificar su biología por medio de aquello que piensan y sienten.

Todos nosotros somos una unidad psico-física-espiritual, en función de lo cual, cada uno de sus componentes puede ejercer su influencia sobre los otros dos. El cuerpo humano es una maravillosa máquina que representa lo mejor de la industria farmacéutica, ya que produce una serie de tranquilizantes naturales, así como también endorfinas, elementos anti cancerígenos y toda clase de medicamentos que el sujeto necesita y que, además, nuestro cerebro “despacha” de manera gratuita en la dosis perfecta y adecuada para cada quién.

La bioquímica del cuerpo es producto de nuestra conciencia activa, por cuanto, las creencias, los pensamientos y las emociones que nos caracterizan como seres humanos, producen reacciones químicas que permiten dar el sustento necesario a todas nuestras células. Es por ello, que se habla de una “inteligencia rectora”, instancia a la cual deberíamos prestar mucha más atención, con la finalidad de escucharla y dejarnos guiar por ella.

Todo ser humano está en grado de vivir 100 años de manera lúcida y en buenas condiciones físicas de salud, siempre y cuando sea capaz de prevenir ciertas enfermedades, tales como: la diabetes, la hipertensión arterial, diversos tipos de cánceres, sobrepeso y obesidad, etc., que son provocadas por algunos de los grandes males del siglo XXI: el estrés, la ansiedad, el sedentarismo, una mala dieta, la falta de actividad física, etc.

No obstante lo anterior, otro de nuestros grandes enemigos en relación con la ajetreada y acelerada vida que llevamos, es el agobio y la insatisfacción laboral, lo que tiene como consecuencia, que mucha gente se enferme a causa de estos factores.

De ahí, entonces, que nuestra meta deba ser: lograr la  sanación desde el corazón, apoyados en nuestra inteligencia rectora.