• 19 de Abril

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El Nuevo Testamento dice "saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente para sacar la paja del ojo de tu hermano". En el Corán, está escrito "que algunos de vosotros no se rían de los demás, quizá sean mejores que ellos". Y en la tradición judía, se enseña que "no juzgues a tu prójimo hasta que hayas llegado al lugar de esa persona".

Acá queda claro que hay un patrón marcado por la sabiduría universal que todos los líderes de negocios debemos considerar: no podemos dar o recibir un feedback constructivo sin ser capaces de ver las cosas desde la perspectiva de otra persona.

Crear una forma estructurada de dar retroalimentación efectiva es crucial para navegar por todo lo que los equipos ejecutivos deben gestionar hoy en día. En especial en una época que está marcada por la incertidumbre geopolítica, cadenas de suministro interrumpidas, escasez de talento, amenazas de ciberseguridad, y construcción de la diversidad, la equidad, la inclusión y la sostenibilidad ambiental.

Por lo tanto, para lograrlo debemos buscar mecanismos que permitan tener una conversación fluida con los equipos. Según una investigación que realizamos en Bain, un rasgo distintivo de los equipos de liderazgo más eficaces -específicamente, los que superan a sus competidores hasta tres veces y que cuentan con mayores ingresos, rentabilidad y rendimiento total para los accionistas- es mantener conversaciones abiertas y honestas en las que son capaces de debatir, discrepar y comprometerse. No obstante, para lograr un sistema eficaz de retroalimentación es importante considerar tres etapas:

  1. Yo: analizar cómo contribuyo al equipo
  2. Nosotros: ver cómo podemos trabajar mejor
  3. Tú: pensar en cómo puedes ayudar a este equipo a ser más eficaz

Sabemos que la creación de una cultura de retroalimentación requiere tiempo y esfuerzo, pero los equipos de liderazgo eficaces que invierten en este tipo de debates se beneficiarán de sus recompensas. Pasar del "yo" al "nosotros" y al "tú" es una forma estructurada de mejorar las posibilidades de éxito.

Por: Marcial Rapela, socio y responsable de Bain & Company en Santiago.