• 29 de Marzo

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Siendo ya las primeras horas del día después, empiezan a disolverse las emociones, para dar paso a las cifras y análisis que surgen como primeras consecuencias de un día inédito, de cuatro elecciones que además, dos de ellas, jamás se habían realizado en nuestra historia patria, en este contexto, la de alcaldes y concejales, asomaban como las menos relevantes.

Sin embargo,  algo ocurrió en esta bucólica comuna que desde un tiempo hasta ayer, parecía apostar contra seguro a favor de seguir operando en el clásico estilo que impera en la política nacional.

Hace dos mil quinientos años, los griegos acuñaron el término -“idiota”- para referirse a aquellos que no se preocupaban del bien público y solo lo hacían de sus intereses personales. Es así entonces que –en  los últimos cincuenta años- la idiotez imperante en Chile, así como en Puerto Varas, llevó a delegar en terceros sus obligaciones políticas creyendo que la democracia se reducía al acto de sufragar.

Lo anterior, implicó que el ejercicio de la política -esa, sin letras chicas y desarrollada en función del bien común- dejara de ejercerse en primera persona –yo o nosotros- y pasara a la tercera persona- el o ellos- evidenciando así, una desapropiación cada vez mas radical de una actividad tan fundamental para la vida en sociedad.

Nuestro norte existencial, se remitió entonces, casi exclusivamente a conseguir logros económicos que serían la vía regia al bienestar personal. De esta manera, se naturalizó que cada quien se rascara con sus propias uñas, como forma de convivencia comúnmente aceptada.

Sin embargo, -afortunadamente- surgió un grupo de jóvenes, audaces, atrevidos e innovadores que decidieron recuperar características fundamentales de la vida en sociedad, fue así como, desarrollaron un quehacer colaborativo, horizontal, participativo, entusiasta, alegre y por que no decirlo, amoroso para con ellos y los demás. Se revelaron entonces, contra la idiotez imperante, para convertirse en ciudadanos que reconocen su faceta política y como consecuencia, deciden tomar en sus manos la administración y el destino de nuestra comuna.

Diseñaron de esta manera, un plan de trabajo serio y profesional que la comunidad local supo valorar y que desde el origen, gracias a la mirada sistémica que le imprimieron, se trató de un programa vivo y modificable, esto es, que incorpora la suficiente flexibilidad para adaptarse a nuevos escenarios.

Este grupo, fue capaz de elegir a el y la mejor entre sus iguales para representarles en los roles de candidatos a alcalde y concejal, fue así como Tomás Garate y Rocío Alvarado, supieron darle su impronta a una campaña hecha con muy poco financiamiento pero con la inmensa capacidad de donación de un equipo que refleja generosidad y esfuerzo que le da una mística particular.

De esta manera, el resultado conseguido por el, ahora alcalde electo, supera en casi cuatrocientos votos a quien le sigue en la lista y la concejala -única en su lista- solo es superada por un conglomerado de partidos conformada por nada menos que CINCO candidatos.

No obstante, las palabras que en un espontáneo acto que sus adherentes desarrollaron, hace unas horas, en la plaza de la ciudad, señalaron nítidamente sus ejes inspiradores…“este se trató de un programa y una campaña hecha desde el amor”…y  “este triunfo es de un equipo, de un movimiento que empieza a emerger a la luz de nuestra ciudad y no de dos personas en particular”.

Menudo desafío ha asumido el grupo Transforma Puerto Varas, que no solo se refiere a darle una nueva gestión al municipio, sino que también debe comprender que tendrá que hacerse cargo de lo que simboliza ser un movimiento ciudadano que empieza a mostrar otras maneras, inclusivas y horizontales, de hacer política y tomar cargos de poder representativos que parecían estar supeditados solo a los partidos políticos clásicos característicos del siglo pasado.

Alberto Vásquez M.