• 23 de Abril

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Con excepción de algunas menciones a la pasada, la primera infancia ha estado ausente de los debates tanto del recién conformado cuerpo constituyente como de las declaraciones de los hoy candidatos a la Presidencia de Chile.

En 2015, en calidad de Estado miembro de la ONU, Chile adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece como meta en educación que los países adopten “políticas y leyes integradas e inclusivas que garanticen que se imparta por lo menos un año de educación preescolar de calidad, gratuita y obligatoria”, pero hace un menos de un mes el Congreso rechazó el Kinder Obligatorio, a pesar de datos como que hay un 66% de inasistencia crónica pre pandemia, y que el abandono de Kínder entre el 2019 y el 2021 aumentó en un 130%. 

Lo peor es que, según datos de la UNESCO, existen grandes disparidades entre los niños más ricos y los más pobres en el acceso a la educación preprimaria, alcanzando más de un 60% de diferencia en algunos países de bajos ingresos, pese al tremendo impacto que tiene en su futuro. Así, la entidad ha pedido a los gobiernos que hagan obligatoria la educación de primera infancia, pero en Chile hemos dejado este derecho esencial en manos de la política de turno.

Por ello, hago un llamado a aprovechar la instancia que da la discusión sobre la Constitución y las próximas elecciones para repensar la institucionalidad en Chile hacia los niños, garantizando la educación preescolar como un derecho básico y obligatorio en el caso de Kinder, mejorando también la calidad de dichos niveles educativos.

Así, es la hora de formular un pacto social en el que de verdad los niños estén primero.

Anne Traub

Directora Ejecutiva Fundación Niños Primero