La participación electoral en el país ha venido disminuyendo sostenidamente desde 1990 en adelante, y este fenómeno tomó un gran interés público luego que entrara en vigencia la Ley Nº 20.568, del 2012, “sobre inscripción automática y voto voluntario”, la cual modificó la obligatoriedad en la asistencia a las urnas. Por ejemplo, si miramos como referencia solo a las elecciones presidenciales, observaremos que la participación en los sufragios pasó desde un 81,6% en 1993, a un 59,2% en 2009, y finalmente a un 46% en primera y un 49% en segunda vuelta de las recientes elecciones. Cabe señalar, que los porcentajes de participación de los años 1993 y 2009, corresponden a primeras vueltas y fueron medidos sobre la población en edad de votar 18 +
Por el contrario, en nuestra comuna, la participación electoral de las presidenciales se ha mantenido en constante crecimiento a diferencia del país y notoriamente más estable que en otras comunas de la Provincia de Llanquihue. Para ejemplificar su evolución, en 1993 votaban cerca de 13.061 personas, luego para el mismo tipo de elección el año 2009, acudieron unos 17.790 electores, y en primera y segunda vuelta de este año, la asistencia llegó a los 18.254 y 19.633 ciudadanos, lo que equivale a un 48% y 52% de Participación Electoral.
Por otra parte, es necesario analizar por separado las disímiles tasas de asistencia, en las circunscripciones electorales de la comuna, en primera y segunda vuelta. Tal es el caso de la localidad de Nueva Braunau, en donde ésta llegó al 51% y 54 % de los electores. Mientras que, en la localidad de Ensenada, fue de un 40% y 42%. De la misma manera, en el poblado de Ralún llegó tan solo al 43% y 46% respectivamente. ¿A qué se debe esto‽ ¿Incapacidad de los equipos de campaña para llegar a zonas apartadas y movilizar a más electores‽ ¿Candidaturas sin un programa para zonas rurales‽ ¿O simplemente apatía ciudadana‽ La pregunta queda hecha.
Miguel Godoy.
Administrador Publico.
Licenciado en Ciencia Política.