• 28 de Marzo

Sugeridos:


Lyall Watson, fue un zoólogo, antropólogo y etólogo sudafricano, autor de un estudio donde experimentó con la conducta de los monos de una isla japonesa a los que les cambiaron la alimentación por unas papas que inicialmente rechazaron hasta que una mona joven, aprendió a lavarlas para sacarles la arena y hacerlas mas apetitosas, entonces, fue seguida por el resto de la comunidad simia. Lo mas sorprendente, fue que la misma conducta se habría repetido, simultáneamente en otras islas con las cuales, los monos, no tenían posibilidad de contacto.

Desde hace años, en nuestro país, venimos transitando un camino de desconfianza mutua, cuestión que nos lleva a dar vueltas en un largo círculo que nos enreda en el subdesarrollo, entendido este, como un estado mas amplio que el simple incremento del PIB u otros indicadores económicos, hemos perdido la capacidad de disentir y acordar formas de organización inclusivas, en las que todos quepamos. Es así entonces que empantanados en la desconfianza también nos damos bandazos, entre el miedo y la esperanza, miedo al cambio y esperanza en el cambio.

Confiar en el otro, requiere en primer lugar, observar desde donde emitimos nuestros juicios, para así, hacernos cargo de estos, aceptando que podemos estar equivocados. Reconocer al otro como legítimo otro, parafraseando a H. Maturana, es condición necesaria para transitar y convivir en un espacio de mayor entendimiento.

Quienes se resisten al cambio deben, según creo, tener presente dos cuestiones relevantes. La actual constitución, mas allá de las numerosas modificaciones cosméticas, fue impuesta por una dictadura y en condiciones que hoy sería imposible aceptar, a la inexistencia de registros electorales, se le sumó una represión brutal a quienes disentíamos. Este instrumento legal sostuvo y favoreció, un clima de inequidad tal, que al cabo de cuarenta años, tras revueltas sociales multitudinarias fue posible plebiscitar su continuidad. Como sabemos, el categórico resultado mostró que el 80% de hombres y mujeres de Chile, aprobó el cambio de constitución, pese a las sempiternas campañas del terror de los sectores mas conservadores.

Hemos entonces, aquí y ahora, intentando elaborar otra carta de navegación que como nunca en la historia del país, tendrá el concurso de ciudadanos/as de las mas diversas raleas y estirpes que mayoritariamente marcan distancia de partidos políticos que el tiempo ha demostrado, no solo inútiles, si no que también, cómplices de un modelo que ya nadie soporta.

Por otra parte, ese 80% que viste el color esperanza con sus diversas tonalidades, es de una  pluralidad que muchos quisieran capturar bajo banderas propias y así como otros, dividieron a la población en patriotas y antipatriotas, ahora, se permiten clasificarles en buenos o malos representantes. Parecen ignorar que una comunidad organizada y con pensamiento crítico, siempre tendrá espacio para opiniones a diestra y siniestra.

“No me clasifiquen, no soy un coleóptero”, alguna vez, señaló iracundo Miguel de Unamuno, para defender su derecho a salir del rebaño, vestir con otro plumaje y pensar libremente. Es así entonces, que este ejercicio de encasillarnos, asoma tan atávico y nocivo como la desconfianza.

El desarrollo económico, es mucho mas amplio que las meras variables económicas, incluye formas de organización políticas y sociales. Estas a su vez, están fuertemente afectadas por las vinculaciones de los actores que componen el sistema, actores que en último término, son personas con todas sus luces y sombras. Por lo anterior, un contexto plagado de sospechas, fundadas o no, prejuicios y desconfianzas, socavarán cualquier diseño y esfuerzo de alcanzar nuevos estados de desarrollo y un mejor país para todos.

En el caso de Transforma Puerto Varas, sus candidatos/as y equipo de campaña, desarrollaron acciones y mensajes particularmente respetuosos, sin descalificaciones, ni denostaciones, cuyos frutos, al margen del triunfo en las urnas, se caracterizan por recibir el respeto y los buenos deseos de gran parte de hombres y mujeres de la comuna, aunque incluso hayan votado por otras listas. En un clima político de tanta odiosidad y desconfianza, lo anterior, es una señal de que estamos ante un nuevo estilo de alcaldía y que su grupo de apoyo encarna una nueva mirada de lo político. Se trata de ciudadanos/as que se ponen al servicio de su comunidad.

Entonces, así como los monos aprendieron a lavar sus papas y disfrutar su dieta,

¿no sería conveniente y del todo hermoso -que pese a creernos una especie superior- hiciéramos lo mismo en nuestra comuna, aprendiendo a confiar, colaborar, participar y así apropiarnos del quehacer comunal.? Si hay algo que caracteriza a los países desarrollados de mayor data, es justamente, el fuerte compromiso con el ordenamiento social acordado por todos.

Si fuéramos capaces de constituir un grupo de cien, mil, o diez mil monos y monas que lográsemos mirarnos a la cara, que pese a disentir unos de otros, aprendiéramos a trabajar colaborativamente y a convivir solidariamente, nos estaríamos sumando a muchas otras experiencias que se implementan a lo largo de Chile, cuestión que nos pueden impulsar al gran salto adelante que nos merecemos, sin exclusión.

El país inclusivo también se construye desde las comunas, la nueva alcaldía tiene las puertas abiertas.

Alberto Vásquez M.