• 19 de Abril

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El viernes de la semana pasada se realizó la cuenta pública de la gestión municipal 2020. Este año, con motivo de la pandemia, el encuentro era por internet. Se esperó hasta el último día para cumplir con la obligación legal. La invitación decía que se entregaría la cuenta pública de la gestión anual correspondiente al año 2020. Esa es la palabra clave de esta historia: La entrega.

Sin pandemia, este hito cívico se habría realizado, como es tradicional, en un establecimiento educacional, con presencia del coro municipal. Se habría cantado el himno nacional y el himno de Puerto Varas. Se habría proyectado un video con muchas imágenes tomadas con un dron, intercaladas con algunos testimonios de vecinos agradecidos. Luego, el alcalde habría dado un discurso aproximado de una hora, explicando los montos, plazos, necesidades y énfasis de la gestión en general. El establecimiento educacional sería simbólicamente el lugar para un momento cívico importante y democrático, tal como ejercen esa función durante las elecciones.

La pandemia este año cambia el escenario para la cuenta pública municipal 2020. Un link para un Zoom. La cita era a las 12 del viernes 30 abril. Último día para cumplir con esta obligación legal. Pero, para la sorpresa de los asistentes convocados, la instancia no era para ofrecer la cuenta pública, sino que era para entregar la cuenta pública. Sí. Tal cual. Entregar. Y eso se hizo. A los presentes en la reunión digital se les anuncia que se les entrega la cuenta pública. Cualquier cosa está publicada en el sitio web. Algunos tendrán copias físicas, eso será pronto. La ley obliga un documento. Ahí está el documento, entregado. Listo. Gracias. Hasta luego.

La sesión no dura más de cinco minutos. En el desconcierto, no queda claro si se interrumpe la transmisión por un problema técnico o si es que simplemente, eso era. Con el paso de las horas queda claro de que eso era.

¿Se cumplió con la cuenta pública?

Esta es una situación extraña. El debate es tan puntual y absurdo, que tener este debate, ya es un problema. Si es que cumple, cumple apenas. Ni una sesión de concejo dura menos de cinco minutos. Mucho menos la que corresponde a la cuenta anual de la gestión municipal. Si es que cumple, es en la ley de los mínimos posibles. Cuesta creer que alguien crea que esta fue la mejor manera de cumplir con la obligación legal de la cuenta pública. 

Al leer el documento en pdf con casi 200 hojas queda claro la cantidad de proyectos que se han desarrollado. Más allá de lo que se pueda opinar, el documento relata el trabajo de muchas personas que han dedicado su esfuerzo y tiempo en el mejor beneficio del servicio público. La representación política que hace el líder para su propio equipo es triste. Esta convocatoria de cuenta pública podría haber sido un mail.  Es la cuenta pública más breve de la historia de la comuna, pero tal vez, la que más dice.

Si el alcalde subrogante decidió que esta era la mejor manera de hacerse cargo de presentar la cuenta pública anual, hay un problema. Él es quien invita en la convocatoria de este momento absurdo. Su ausencia durante el Zoom tampoco se explica. Si el actual alcalde ordenó que el alcalde subrogante no diga nada y definió que esta era la manera de cumplir con la obligación legal de la cuenta pública, es preocupante. Más allá de la literalidad de la ley, lo que importa es el espíritu de la ley. No hay que ser un experto en derecho para darse cuenta de que la cuenta pública busca mucho más que anunciar la disposición de un pdf mediante una reunión por zoom que dura menos de cinco minutos. Con las tradiciones cívicas de la comuna no se hace esto.

Por: Pablo Hübner