• 16 de Abril

Sugeridos:


Que la incertidumbre es lo único cierto, es una frase manida pero no por ello menos válida para situaciones como la que vive nuestra comunidad nacional y el planeta que habitamos. Así también, centrar la atención solo en el fenómeno del Covid-19 sería una manifestación mas del criterio dual o lineal con que nos hemos educado desde la instalación del racionalismo hace casi tres siglos. La mirada de causa - efecto que excluye el contexto o el sistema en que el fenómeno ocurre y del cual forma parte, limitará los alcances de cualquier reflexión.

Creo necesario también, distinguir entre crisis y colapso, distinciones que en el primer caso, su solución implica la vuelta a la situación inicial, en cambio en el segundo, la solución nos lleva a un escenario diferente.
Todas las pestes que han ocurrido en el planeta, obviamente se han dado en contextos sociales particulares cuyas soluciones mas allá del tema médico han tenido repercusiones en la redistribución del poder desde la perspectiva económica y política fruto de las estrategias y medidas concretas que se han aplicado en su solución. Sólo a modo de ejemplo; fue en el siglo XVI que se abrieron las puertas a la esclavitud de personas de raza negra provenientes de África con el fin de reemplazar la mano de obra nativa, muerta por las invasiones de los imperios europeos al continente americano y que arrasaron a pueblos nativos completos (particularmente en las islas caribeñas) debido a la viruela y el sarampión. En la mirada de los poderosos de la época, la apertura de nuevas fuentes de recursos que aumentaba el poder relativo y absoluto de los imperios, así lo justificaba. Y, siguiendo con Europa, en el caso de la peste negra que en la Edad Media, arrasó con pueblos enteros al extremo de cambiar las relaciones de poder entre las Ciudades Estado, haciendo prácticamente desaparecer a las industrias de la lana y el cuero (la excepción estuvo a favor de la metálica). En este caso, fueron varias décadas las que demoraron en descubrir que las picadas de pulgas eran las causas de una peste que se multiplicaba con mayor rapidez en los pueblos con producción ovina y ferias de lanas. Los vectores llegaban a lomo de ratas que encontraron rutas facilitadas gracias al casi exterminio de los gatos, por ser usados, a juicio de la Santa Inquisición, en las brujerías de aquellos hombres y fundamentalmente mujeres que a la postre terminaron purificadas en el fuego papal.

En este nuevo milenio la situación estructural es similar, nada nuevo bajo el sol, dos potencias mundiales que inician una guerra comercial y tecnológica para asegurar la hegemonía planetaria de los próximos siglos, a la que se suman conflictos con peculiaridades locales, un movimiento feminista mundial que busca equiparar derechos con los hombres, una influencia religiosa en decadencia, que es reemplazada por un credo económico neoliberal que en su caso ofrece el paraíso en la tierra asociado al consumo, mas todos los fenómenos anteriores que deben ajustarse a un cambio climático que evidencia la fragilidad de nuestra especie y su dependencia del medio ambiente. Así como un contexto científico, incapaz hasta el momento de encontrar la causa aumentando la angustia de las personas y países impactados bajo la línea de flotación. En el caso particular chileno, lo anterior ocurre poco tiempo después de la crisis político institucional que se desata el 18 de

Octubre como expresión de un malestar larvado por décadas y que pone en jaque la continuidad del modelo económico y político que nos rige.
No es raro entonces que en el contexto anterior, la sensación de incertidumbre nos afecte o todos, no necesariamente por igual, ya que la base económica de cada quien será clave para reducir los efectos prácticos de la crisis económica, y por otra parte, algo menos obvio, el capital cultural familiar también será un factor que le permitirá a cada familia interpretar el horizonte con mayor o menor tranquilidad, ya que enfrentamos lo mismo que nuestros antepasados que buscaban en el pensamiento mágico y religioso la respuesta que hoy nos puede dar la ciencia y la racionalidad con todas las limitaciones que siguen teniendo.

Tal vez esta sea nuestra única ventaja en una generación en que los tataranietos de Ulises y Colón de montar nuevas carabelas para conquistar ya no continentes, sino planetas, lamentablemente sin avanzar todavía en la recomendación de algún filósofo griego que hace 2.500 años nos sugirió. Conócete a ti mismo.

 

Alberto Vásquez M Consultor para el desarrollo de personas y organizaciones.