• 23 de Marzo

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En 2020 Malala se graduó en la Universidad de Oxford en Filosofía, Política y Economía. “Es difícil expresar mi alegría y gratitud en este momento cuando completé mi licenciatura”, dijo ella, tan feliz ese día. Al terminar de leer el libro que cuenta su vida, me nace en vez de escribir una reseña convencional, más bien escribirle a ella.

Carta a Malala

Primero, quiero agradecerte por todo lo que has hecho. Por bregar por tus derechos desde una aldea remota de Pakistán, para ser una persona realizada. Porque eres un ejemplo valioso de superación y has sobrevivido a un disparo en la cabeza, atacada por esos talibanes que querían asesinarte cuando ibas a la escuela, aquella que tenías prohibida. Por luchar por tu derecho a la educación, esa arma de construcción masiva para cambiar el mundo para bien. Por no renunciar a tus sueños. Por ser humilde y profesar ese tremendo amor a tu pueblo y el orgullo por tus raíces. Y porque con tu ejemplo, estás ayudando a construir una mejor humanidad.

No hay odio en tu relato y dices que no te enseñaron a odiar. Y nos enseñas a respetar a los que sienten diferente que nosotros. Aquí aparece Ziauddin Yousafzai que es otro héroe enorme en tu historia. Un padre que lucha por su hija hasta dejarse la vida en una sociedad en que se privilegia a los hijos varones. Arriesgándolo todo, orgulloso de su única hija, es quien te enseña lo que sabes al inicio, el respeto, la importancia de la educación y el amor por la paz.

Tu libro no es sólo una biografía. Cuando te llevaban al hospital para salvarte la vida, nos haces vivir momentos muy horribles a través de tu relato. Porque esto fue real. Eras una niña al borde de la muerte, en medio de la desesperación de la familia y de la gente que esperaba el milagro de que te salvaras.

También, te permites brindarnos información política y cultural en tus páginas y momentos culminantes de la historia de tu país, Pakistán.

Con apenas diez años ya leías libros como Anna Karenina, las novelas de Jane Austen y todo lo que cayera en tu poder y te cuento que yo también hice lo mismo cuando niño.

Malala, ya eres un símbolo de la lucha por los derechos humanos. Ya hiciste una contribución enorme y lo que hagas de aquí en adelante es naturalmente cosa tuya. Si sigues adelante con tus causas enhorabuena. Pero también te mereces disfrutar de lo mejor. Disfruta la vida, que nunca nadie lo puede merecer tanto.

Malala, joven Premio Nobel de la Paz, con el libro de la vida tuya me has tocado el corazón.