Mayo es el mes de la mamá como coloquialmente lo conocemos, donde dedicamos palabras de amor y agradecimiento a nuestras madres o quienes las reciben de parte de sus hijos, pero como sociedad no podemos olvidar que para otros es un mes de tristeza.
Es común que cuando hablamos de infertilidad aparezcan interrogantes: ¿Cuándo debo consultar?; ¿Cuáles son los tratamientos disponibles?; ¿Cuántas posibilidades tengo?; ¿Funcionará? y ¿Cómo lo pagaré?
En Chile existen diversas clínicas públicas y privadas, que brindan opciones de tratamiento y formas de pagos, como es el bono PAD que brinda Fonasa que otorga cobertura y acceso a millones de mujeres. Pero no es suficiente porque a pesar de todos los esfuerzos y de los nuevos avances, aún existen mujeres que no lo han logrado y continúan su lucha día a día.
Lo primero a considerar es conocer el concepto “Hormona Antimulleriana” conocida como AMH, un examen de sangre que las mujeres se pueden realizar en nuestra etapa reproductiva, ya que es un indicador de reserva ovárica; antes se creía que sobre los 35 años había que preocuparse, pero eso cambió, ya que existen mujeres jóvenes con reserva ovárica disminuida y sin éxito de gestación.
La recomendación es efectuar exámenes preconcepcionales, para evaluar los órganos internos, externos, y el estado de salud general. Si la persona es sana, y tiene menos de 35 años, y lleva más de 12 meses sin anticonceptivos y con la misma pareja, debe consultar. Si tiene más de 35 años en las mismas condiciones anteriores, debe preguntar, y si tiene alguna patología en su aparato reproductor puede averiguar inmediatamente. No hay que olvidar que existen diferentes causas de infertilidad como la femenina, masculina y causa desconocida.
Es indispensable elegir un lugar de confianza accesible según las posibilidades, porque lamentablemente aún la infertilidad no tiene cobertura ni acceso universal.
Existen múltiples tratamientos como los de baja complejidad: la inseminación intrauterina y el coito dirigido, donde las mujeres deben inyectarse diariamente por aproximadamente 12 días para potenciar lo que se llama “estimulación ovárica” y de alta complejidad como lo es la fertilización invitro, donde las mujeres posterior a la estimulación ovárica, deben entrar a pabellón para la obtención de óvulos; por otro lado, encontramos la ovodonación, espermiodonación y embriodonación.
También está el estudio genético, que determina si el embrión es compatible cromosómicamente con la vida o el estudio de la ventana de implantación, que determina el mejor momento para transferir el embrión, entre otros. Hay que considerar que aproximadamente un 20% de la infertilidad es por causa masculina.
En vísperas del día de la madre, muchas mujeres no estarán celebrando, pero no están solas. Como dijo Irene Brustani “los milagros existen y nuestra mente se encarga de acercarnos a ellos. La maternidad es una palabra enorme y hay diversas formas de vivirla y alcanzarla”.