• 29 de Marzo

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Señora Directora:

Nuestro país ha tenido y sigue teniendo una transformación muy importante en materia de equidad, libertad y respeto por el género femenino. Afortunadamente, el rubro agropecuario no ha quedado exento de ello aunque no con el protagonismo que quisiéramos para los tiempos actuales: según datos de la ONU, las mujeres representan en promedio el 43% de la fuerza laboral agrícola en países en desarrollo, mientras en Chile esa cifra llega a solo al 20%, de acuerdo a la ODEPA.

Históricamente, se ha considerado al agro un sector donde la fuerza física y el enfrentamiento a condiciones extremas se asocian a capacidades masculinas. Sin embargo, pese a esto, la mujer ha podido aumentar su participación en el rubro, trazándose un camino en forma admirable, dando los primeros pasos en trabajos de temporada, para luego ocupar cargos de jefatura.

Estos cambios nos motivan, pero aún queda trabajo por hacer. Todavía existen brechas en cuanto a salarios y capacitación, por ejemplo, donde los mismos estudios muestran menores avances.

No está de más recordar que la inclusión tiene múltiples beneficios en las empresas. Según estudios del Banco Mundial, las mujeres fortalecen los equipos de trabajo, al poseer habilidades para aglutinar personas y opiniones. Además, ayudan a mejorar el clima laboral, al aportar empatía y predisposición a la comunicación, algo sustancial a la hora de resolver conflictos.

La invitación entonces es a seguir avanzando en materia de equidad de género, con prácticas concretas que motiven a la mujer para que ésta siga sumándose no solo al rubro agrícola, sino también a otros sectores donde la inclusión continúa siendo necesaria.

Aniriam Manríquez, gerente de RR.HH. y RSE de Manuka