• 28 de Marzo

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El reciente fallo del Tercer Tribunal Ambiental que condena a la empresa Essal por daño ambiental en el lago Llanquihue, es una potente señal en favor, tanto del ecosistema lacustre como de la comunidad que a lo largo de los años, ha construido una gran colectiva, desde la mística de los pueblos ancestrales, el esfuerzo de colonos, agricultores, y emprendedores, sumado a las miles de familias que han visto en este espacio una oportunidad para vivir en armonía con la naturaleza. En breve, para contar con una mejor calidad de vida en este rincón del Sur de Chile.

Bajo esta mirada, se torna urgente que posterior a este categórico dictamen, la empresa sanitaria cumpla lo establecido por la justicia, concretando las medidas de reparación e inversión dentro de los plazos estipulados, a fin de que nunca más se generen episodios negligentes en nuestras aguas.

Pero yendo más allá, es vital comprender que el cuidado del lago es tarea de todos, incluyendo aquí tanto a los usuarios de la cuenca, así como también a instituciones públicas, por medio de acciones concretas y efectivas, en pos de resguardar este verdadero tesoro. Eso sí, con el cuidado de tomar decisiones basadas en antecedentes y no sólo en la premura de la inmediatez.

En este sentido, como Ministerio del Medio Ambiente, en la necesidad de contar con los suficientes antecedentes que permitan la determinación del real estado ambiental del Lago Llanquihue es que durante este año 2019 estamos realizando dos estudios específicos en el contexto de la revisión de la Norma Secundaria de Calidad Ambiental (proceso que debió haberse realizado hace ya tres años) con cuyos resultados se podrá mejorar este marco que permite su vigilancia, además de contar con mayores certezas legales y argumentación técnica a la hora de la elaboración de un eventual futuro plan de prevención o descontaminación, en el caso que fuese necesario decretar zona latente o saturada.

Sumado a ello, desde inicios de año hemos estado apoyando el proyecto Mas Azul de la Universidad San Sebastián, desde el cual podremos contar inclusive con mayores datos científicos respecto a parámetros de afectación a la salud humana y animal en sus aguas, así como implementar una red de vigilancia continua que apoye a la gestión oportuna y eficaz.

Por lo mismo, la invitación es a actuar de forma colaborativa y remar juntos, potenciando alianzas público-privadas, donde confluyan miradas hacia el desarrollo sustentable y planificación de acciones en atención a una gestión integrada de la cuenca, a fin de que las futuras generaciones puedan continuar disfrutando de nuestro Lago Llanquihue.

Klaus Kosiel, SEREMI del Medio Ambiente región de Los Lagos