Con entusiasmo y alegría, cajas, bolsos, mochilas, sacos de dormir, cascos y martillos, más de 1.500 jóvenes voluntarios se reunieron en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile para partir desde ahí a 51 zonas y localidades del país, llevando a cientos de personas y familias el mensaje de Cristo.
Trabajo País, Misión de Vida, Siembra UC y Coro Misión País, son los proyectos de la Pastoral UC que convocaron a los voluntarios que, desde la región de Coquimbo hasta la de Los Lagos, estarán durante diez días —entre el 12 y el 21 de julio— compartiendo con cada comunidad y construyendo o reparando junto a ellos espacios de encuentro, además de misionar, entregando su testimonio de Cristo.
A la Región de Los Lagos, en particular, llegó un grupo de 34 voluntarios de Trabajo País, para reconstruir un salón parroquial en Cochamó, así como generar espacios de encuentro.
“Aunque tú no creas en Dios, Dios sí cree en ti”, fue el mensaje que marcó el envío de los misioneros, a través de una eucaristía celebrada en la Iglesia del Sagrado Corazón del campus San Joaquín, y presidida por el Pbro. Osvaldo Fernández de Castro, Vice Gran Canciller UC, quien motivó a los estudiantes a ser felices, fieles y fecundos, siendo puentes en un país que tanto lo necesita.
“Les quiero invitar a que sean días de que aparezcan en nuestra vida las grandes preguntas, porque de eso se trata. No simplemente pasamos por la vida y por el mundo. Es decir, pasamos por el mundo con la intención de transformarlo. Esto tiene que ver con que hay un mundo que necesita de Dios y el Señor cuenta con nosotros para que lo llevemos a Él al mundo”, puntualizó.
Asimismo, agregó que “lo que experimentarán estos diez días geniales, de misiones y de trabajos, tiene que ver con eso, con descubrir que hay una forma distinta de vivir la vida, una forma que no tiene que ver con las comodidades, sino con la caridad, con compartir con el otro”.
Para Ángela Parra, directora de la Pastoral UC, estas misiones y trabajos son una señal de esperanza muy profunda para la sociedad y la Iglesia Católica; de mostrar una Iglesia joven, alegre y en salida. “Este invierno nos ha tocado quizás más duro que otros. Hemos tenido hartas inundaciones y un frío quizás más glacial que en otros; de alguna manera, eso le da un toque distinto, esperanzador y con mucha más caridad, a esta entrega que hacen los jóvenes y que muestra la esperanza de una Iglesia viva, una Iglesia que va en salida y una Iglesia que no se queda dormida ante las necesidades materiales y espirituales de nuestro país”.
Portadores de esperanza
Un equipo voluntario de estudiantes de la UC coordina cada proyecto —Misión de Vida, Trabajo País, Siembra UC y Coro Misión País— que, durante todo un año, lideran las iniciativas, ultimando los detalles para que se efectúen correctamente. Además, entregan los lineamientos respecto al espíritu que moviliza a cada grupo de voluntarios.
Trabajo País será el encargado de construir espacios de encuentro con las comunidades, bajo el lema “Al servicio de Chile, seamos herramientas de esperanza”. Con más de 800 voluntarios, estarán en 25 zonas, desde Tierra Blanca (Coquimbo) hasta Cochamó (Los Lagos), durante diez días.
En esta oportunidad, el proyecto construirá 13 capillas y 12 salones parroquiales, además de compartir con las personas y familias de las zonas visitadas. “Hace muy poco éramos sólo nosotros ocho y ahora somos 1.500. No tenemos nada más que agradecerles por sus ganas de aportar a Chile y a la Iglesia, y creer que a través de nuestros proyectos pueden ser ese agente de cambio. Inviertan tiempo y energía en cada persona con la que se encontrarán para que sean agentes de esperanza. Al final del día, para nosotros la construcción es sólo un medio para generar encuentro”, puntualizó Kaori Matsumoto, coordinadora general de Trabajo País.