• 18 de Abril

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Hace un par de semanas se abrió a la comunidad la remozada plaza de armas de Puerto Varas, en la cual se estuvieron haciendo trabajos de hermoseamiento desde marzo de este año, que incluyeron la calle techada.

Lo que, en nuestra opinión, más destaca en esta nueva cara del cuadrilátero central de la ciudad de las rosas es la nueva iluminación que hace de esta plaza un bello lugar de encuentro nocturno. De hecho agradecemos las imágenes que complementan esta nota que fueron tomadas por el arquitecto Raúl Palma.

Pero más allá de nuestra inexperta opinión, veamos qué opinaron al respecto los arquitectos locales:

 

Raúl Palma: “destaco positivamente la iluminación ambiental y peatonal, los pavimentos amplios y el reforzamiento de la relación de la plaza con su entorno, en particular con el muelle peatonal, el lago y el volcán Osorno. En lo que se podría mejorar, echo de menos haber destacado la casa patrimonial de la Fundación Artesanías de Chile”.

 

Rodrigo Eterovic: “me parece un buen proyecto en términos generales, entendiendo que los fondos se usaron para el mejoramiento de lo que había. La iluminacion me parece buena, y se incorporaron bebederos de agua, eso está bueno. Lo que me parece discutible es el tratamiento de la calle techada, que si bien es muy útil, era la oportunidad de hacer un buen proyecto ahí. Se invirtió, me imagino, mucha plata en unas cortinas metálicas que bajan por los costados, bastante feas y caras, en vez de haberle dado una vuelta a rediseñar esa cubierta, unir por medio de la calle la vereda del Banco del Estado con la plaza, por ejemplo”.

 

Haike Hopfner: ”Más que nueva plaza se realizó una mejora en el estandar de algunos elementos. Es una obra de mantención necesaria y se agradece. Sin embargo, se perdió la oportunidad de realizar acciones más determinantes como nivelar las calles colindantes para darle mas espacio al peatón aprovechando, por ejemplo, de eliminar estacionamientos”.

 

Sergio Araneda: “a modo general yo entiendo esta intervención como un hermoseamiento de lo que había, donde se renuevan básicamente el mobiliario urbano y los pavimentos resolviendo el tema de la accesibilidad urbana que me parece correcto y, aportando con lo único nuevo porque lo otro es renovación, que es la iluminación. Igual me llama la atención que no se haya contemplado un proyecto complementario al hermoseamiento mismo de la plaza de armas, en ese sentido, creo que hay una opotunidad perdida al no haber contemplado un nuevo pensamiento respecto del espacio de la cubierta techada, que si bien funcional y necesaria, su diseño es bien denostador de fachadas importantes como es la del edificio del Banco Estado, que es un edificio de un valor patrimonial de arquitectura moderna importante en el sur de Chile”.

 

Oliver Reinke: “Siempre es bueno un aporte a mejorar y actualizar el espacio urbano, especialmente para la accesibilidad para el peatón, personalmente agradezco el haber respectado el desarrollo de árboles existentes y no rellenar de pavimentos.

Pero una golondrina no hace primavera, es importante desarrollar criterios de mejoramiento para toda la ciudad, Puerto Varas necesita desarrollar sus espacios públicos para los modos no motorizados, peatón, bicicletas y similares pensando tanto en el turista como en el usuario habitual. Entre muchos, están sectores icónicos como la Costanera, Colón, Imperial, calle Mirador, las escaleras (pocas, pero importantes y algunas abandonadas)”.

 

Tamara Rammsy: "La vocación de la plaza de Puerto Varas es ser un lugar inclusivo, democrático y abierto para la comunidad en sus distintas manifestaciones, lugar ícono, rico en diversidad tan propio de los habitantes de acá. Hay que considerar que la ciudad no cuenta con otros lugares emblemáticos habilitados, ya sean parques y plazas temáticas, lo cual realza su importancia y significancia. En lo formal, haber incorporado accesibilidad universal, bebederos, luminarias y diseño de pavimentos responde a una mejora innegable. En lo conceptual quizá haber priorizado el carácter peatonal del espacio eliminando los estacionamientos de las 3 calles colindantes, extendiendo la explanada en un solo nivel hasta las fachadas. Pero acaso y por lo antes nombrado ¿No debería haberse considerado una participación activa de la comunidad en su diseño?. 
He aprendido en mi experiencia como arquitecta que considerar a la comunidad en el diseño participativo no solo enriquece y nutre el espacio de vida, sino que el habitante al apropiarse de él, lo vuelve sagrado. La perpetuidad y cuidado de los lugares está profundamente relacionado en el modo en que se conciben y esa concepción debe ser la raíz y riqueza del lugar”.