• 20 de Abril

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Estudio monitorea el fitoplancton antártico durante la primavera y el inicio del verano austral

El trabajo de investigación analiza por cuatro años el efecto de las variables ambientales sobre los microorganismos que son considerados clave en la biodiversidad del territorio.


El cambio climático ha afectado particularmente a los ecosistemas marinos de la Antártica, un complejo escenario donde la comunidad científica ha puesto énfasis en estudiar cómo responden estos organismos adaptados a condiciones ambientales muy específicas.

Durante los periodos de primavera-verano los ecosistemas antárticos sufren fuertes variaciones ambientales, sin embargo, la información sobre esta transición y cómo afecta a los organismos es escasa. Por ello, un equipo de investigadores se planteó la tarea de monitorear cómo actúa la comunidad de fitoplancton (especies consideradas base de la cadena alimentaria de los ecosistemas acuáticos) en esta área durante la época estival y cómo ello influye en el intercambio océano-atmósfera de ciertos gases.

En esta primera fase del proyecto, el equipo de trabajo logró llevar un registro de trece muestreos en un periodo de seis semanas en las inmediaciones del glaciar Bellingshausen, Isla del Rey Jorge en Antártica, como parte de una nueva Expedición Científica Antártica (ECA), organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACh). En el lugar se recolectaron muestras de plancton, clorofila, concentración de CO2 y diversas variables ambientales.

“Esta es la primera vez que vamos en época de primavera. La idea es ir por un periodo de cuatro años en las mismas fechas para analizar las condiciones de temperatura, luz y otras variables ambientales y cómo estos cambios afectan al metabolismo de la comunidad planctónica”, explicó el Dr. Juan Höfer, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) e investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh).

La investigación pretende analizar estas variables, debido a que, a raíz de los análisis realizados, se podrá registrar si existe un incremento o disminución en la diversidad de la comunidad fitoplanctónica.

El investigador comentó sobre el abrupto aumento de temperatura durante este periodo, pasando de 0.5 grados Celsius a más de 2°C en tan solo cinco semanas. “Durante la última semana fue posible registrar un aumento en el fitoplancton y la clorofila del agua. La fluorescencia registrada por el CTD —equipo oceanográfico que mide salinidad, temperatura y profundidad— se triplicó e incluso se pudo sentir el olor característico de las algas en el ambiente”.

El incremento de estos valores no solo afecta a los microorganismos. A mayor temperatura, explicó el científico, las aguas superficiales van “carcomiendo” desde abajo los glaciares marinos antárticos. “El efecto del aumento en un grado en las aguas antárticas no es algo que se vea de manera inmediata o a simple vista, pero tiene una influencia considerable en los glaciares del lugar”, aseguró el Dr. Höfer.

Las condiciones propias de pandemia, sumado a las dificultades climáticas y logísticas del territorio antártico, dificultaron esta primera etapa de investigación. No obstante, el estudio tendrá una duración de cuatro años, por lo que se espera ampliar el número de científicos en terreno, lugares muestreados y análisis a realizar.