• 28 de Marzo

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Con el actual tele-trabajo y tele-estudio, además del ocio en cuarentena, ha aumentado el uso de dispositivos como computadores, tabletas o celulares, generando una serie de efectos como ojo rojo, ardor ocular y cansancio visual.

“El uso excesivo de estos dispositivos no produce enfermedades, pero sí aumenta los síntomas de condiciones previas o genera síntomas nuevos asociados a la lágrima y musculatura ocular”, señala Hugo Berríos, tecnólogo médico especialista en oftalmología y académico de la Universidad San Sebastián.  

Al estar frente a la pantalla, disminuye la frecuencia de parpadeo y la lágrima se evapora, explica el experto. Por este motivo es que “cuando se vuelve a pestañear se siente ardor, pues el ojo está seco y se producen pequeñas queratitis que no son graves, pero sí molestan con signos de ojo rojo y síntomas de sensación de arena.

Por otra parte, “la astenopia se produce cuando los músculos oculares se exigen demasiado al trabajar de cerca, lo que genera dolor de cabeza frontal, visión doble o dificultad en la lectura, saltándose líneas o repitiendo la misma línea ya leída”, puntualiza Berríos.

El tecnólogo médico explica que desde hace bastante tiempo los trabajadores y estudiantes ocupan hasta 10 horas diarias estos dispositivos, por ello “los especialistas en salud visual promocionamos una actitud de buenas prácticas para prevenir los síntomas del síndrome visual del computador”.

Entre las recomendaciones entregadas por el académico, destacan las siguientes:

Siempre usar brillo medio en el dispositivo y una distancia no menor de 40 centímetros.

Idealmente, los niños deberían ocupar pantallas después de los seis años de edad, antes de eso pueden aparecer síntomas de miopía o astenopia al intentar adaptarse al trabajo cercano. Los pre-adolescentes podrían trabajar hasta 5 horas diarias con pausas cada 45 minutos.

Los adolescentes y adultos no deberían extender el tiempo habitual de trabajo o estudio y, considerando el tiempo de ocio, no superar las 8 horas diarias. Se recomienda pausas de 2 minutos cada 40 minutos para un pestañeo adecuado, y de 15 minutos cada 2 horas para descansar la musculatura.

“Es poco probable que se generen daños graves, pero si una persona tiene alguna condición previa de poca lágrima o debilidad muscular, en ningún caso debe utilizar fármacos o lentes sin supervisión del oftalmólogo y consultar a un médico o tecnólogo médico especialista para un correcto examen”, concluye.