• 24 de Abril

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Carl Alexander Simon, Pintor del Sur Austral Chileno, un olvidado en la Historia de la Pintura Chilena

 “Nada quedará del quimérico Simon, salvo un puñado de dibujos, de esbozos y de cuadros de la vida chilota, legados a Pérez Rosales quien los imitará...

 “Nada quedará del quimérico Simon, salvo un puñado de dibujos, de esbozos y de cuadros de la vida chilota, legados a Pérez Rosales quien los imitará y, en ocasiones, los firmará…”.  

  Jean Pierre Blancpain, Los Alemanes en Chile (1816-1945).


El 9 de marzo de 1952, en la edición correspondiente de “El Llanquihue”, venía una columna de don Mario Espinosa W. intitulada “Historia de la pintura chilena”, la cual era un comentario acerca del libro de igual nombre de Antonio Romera (Editorial del Pacífico, 1951), que remataba de la siguiente manera: «Así, por ejemplo, tiene especial interés para la zona la figura pictórica de Vicente Pérez Rosales, que ha dejado excelentes bosquejos y óleos de valor sobre los territorios cuya colonización dirigiera. El fundador de Puerto Montt, amén de aventurero, hombre de empresa, inmejorable escritor, era un pintor de verdadero alcance. Algunas de sus acuarelas pueden ocupar un lugar destacado en cualquier museo de la nación. La litografía que el texto de Romera reproduce nos revela algo del talento de Pérez Rosales». Con ella don Mario no hacía sino unirse al coro de quienes repetían, sin prueba alguna, que Vicente Pérez Rosales era un espléndido pintor, cuando en realidad no pasaba de simple aficionado, y, además, que el dicho Pérez Rosales, debía ser incluido entre los precursores de la pintura chilena. O sea, una falsedad tan enorme que, cuesta creer el hecho de que alguien pudiera aceptarla. Sin embargo, y aunque parezca increíble, por mucho tiempo se creyó que Vicente Pérez Rosales era un magnífico pintor, digno de figurar en cualquier Historia de la pintura chilena, si bien no había fuente documental alguna que pudiera dar testimonio de tal aseveración y, la circunstancia de que Romera registrara al fundador de Puerto Montt, como pintor en su libro, y que, más encima comentara su “obra”, no hizo más que dar credibilidad a una situación de falsedad total, pues el supuesto gran trabajo pictórico de don Vicente pertenecía a Carl Alexander Simon (1805-1852), un notable artista alemán que luego de estar en Chiloé, murió en la región de Magallanes, acompañando a Bernardo E. Philippi.

 El comienzo de toda esta situación falsa, estaba en el traspaso al Museo Nacional de Bellas Artes (1939) del Álbum Pérez Rosales, propiedad de Luis Álvarez Urquieta, – el cual lo había recibido en obsequio del egregio artista Onofre Jarpa – y, quien, en su afán de probar cuál era el origen de tan valioso presente, señaló en una nota a pie de página (n° 1, página 21) de su obra “La Pintura en Chile. Colección de Luis Álvarez Urquieta” (Imprenta La Ilustración, 1928): «La anteportada del Álbum, trae la siguiente anotación firmada por el maestro Onofre Jarpa: Este Álbum fue de don Vicente Pérez Rosales, a quien conocí en casa de su gran amigo don José Antonio Álvarez. Don Vicente se lo dejó a la señorita Dolores, hija de don José Antonio, cuyas obras de pintura celebraba mucho. Ella lo conservó con mucho cariño hasta su muerte y en su testamento me lo legó a mí, que también lo he considerado como obra de arte exquisito que revela la educación artística del señor Pérez Rosales y también por su valor histórico. – (Firmado). – Onofre Jarpa». Es decir, las obras de Carl Alexander Simon, contenidas en el citado Álbum por mor de un absurdo error, comenzaron a ser atribuidas a Vicente Pérez Rosales y, éste, a ser incluido en Historias de la pintura chilena, como las de Antonio Romera, Gaspar Galaz y Milan Ivelić, en calidad de precursor de nuestra pintura: el mayor absurdo se alcanza en el momento que Romera llega a decir: «Sus dibujos al lápiz analizan las formas con la precisión de un entomólogo, sin excluir la eliminación de lo que estima superfluo. Recuerda por momentos a Ingres»; o, cuando Galaz e Ivelić dicen: «Su trabajo tiene particular valor en la pintura nacional, porque coincide con un ambiente caracterizado por el predominio de las convenciones y de las normas rígidas; su obra, por el contrario, presenta una disposición anímica, una libertad plástica y una vivencia tan original que no tiene parangón con el arte de su tiempo».   

Y así permaneció muerto, para la pintura chilena Carl Alexander Simon, hasta 1967, ya que, ese año Eugenio Pereira Salas, notable historiador, alertó de la falsa atribución que se hacía de las obras del pintor alemán al autor de “Recuerdos del Pasado”, en un noticioso estudio, publicado como separata de la Revista de Historia, que publicaba la Academia Chilena de la Historia. A continuación, vendrá la obra “Les Allemands au Chili (1816-1945)” (Colonia, 1974), de Jean Pierre Blancpain, en la cual este historiador habla de impostura y plantea debidamente el affaire, demostrando sin lugar a dudas lo falso de la atribución.

Tres años más tarde, Hernán Villegas R. publicará un interesante artículo en “El Mercurio”, con el cual se termina por probar de manera irrefutable, que las obras del Álbum Pérez Rosales fueron el fruto creador de Carl Alexander Simon, si bien todavía en 1988 (“¿Vicente Pérez Rosales: un precursor pictórico sólo leyenda?”, La Segunda, febrero 17), un crítico como José María Palacios se negaba a reconocer lo evidente: acababa de enterarse que la reputada historiadora del arte Isabel Cruz, planteaba que el óleo “Paisaje de Valdivia 1851” (Museo Nacional de Bellas Artes), no era obra de Vicente Pérez Rosales, como decían Romera, Galaz e Ivelić, y reaccionaba en la columna publicada con lo de: «¿Pérez Rosales, sólo un precursor pictórico leyenda? No lo creemos…».

Por de pronto hay que dejar constancia de que Galaz e Ivelić, en la segunda edición (2009), de su libro “La pintura chilena desde la Colonia hasta 1981”, ya han retirado a Vicente Pérez Rosales como precursor de la pintura chilena en dicho texto. Y, también, que existe un oficio de 1853, enviado desde Puerto Montt por Vicente Pérez Rosales al ministro de Interior, Antonio Varas, en el cual se puede leer: «Entre los papeles que dejó en poder del Señor Lechler el malogrado y distinguido pintor don Alejandro Simon, se encuentra una carta en la cual se leen estas palabras: “todos los bosquejos y los manuscritos que dejé en Chiloé en poder del señor Garao, los dejo al Gobierno de Chile” […] A mi pasada por Chiloé recogí del depositario estos preciosos documentos, los cuales tengo ahora la honra de remitir a U.S. en dos bultos separados, uno de manuscritos y otro mayor que es la cartera de sus bosquejos...»    

Finalmente, Marijke van Meurs V., con la obra “Carl Alexander Simon en Chiloé. 1852”, dada a conocer en el año 2016, añadió un elemento más, en cuanto a probar que es Carl Alexander Simon el autor de las obras contenidas en el “Álbum Pérez Rosales”, y en este caso, son pruebas irrebatibles, pues lo que se atribuyó a Vicente Pérez Rosales, fue sometido a pruebas científicas.

Por Rafael Piquer A.

Investigador en Historia de la Región de Los Lagos.

rpiquera21@yahoo.com