• 10 de Diciembre

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Aplicaciones de iluminación centradas en las personas: “Sólo el 20% de la luz generada en los postes alcanza el área de iluminación deseada, lo demás es contaminación lumínica”

La polución lumínica es perjudicial: abusa de los recursos naturales, perturba a las personas, flora y fauna y causa daños a largo plazo. Ministerio de Medio Ambiente inicia la revisión de la norma que data del 2012.


Sabemos que el mal diseño del alumbrado urbano, ornamental, deportivo y publicitario incrementa la contaminación lumínica. “El alumbrado público sirve más para la calefacción de tejados y jardines que para la iluminación de calles y veredas, para la que se instaló. Hemos medido los sistemas de iluminación existentes en vastas zonas exteriores y constatamos que sólo el 20% de la luz generada en los postes de luz alcanza el área de iluminación deseada”, señala el Dr. Erwin Plett, director de Alfa Lux, especialista en iluminación y fisiología y miembro de la comisión de energía del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.

Recientemente el Ministerio del Medio Ambiente dio inicio a la revisión de la norma de emisión para la disminución de la contaminación lumínica -decreto supremo N°43 de 2012- que regula la emisión del flujo radiante, con el objetivo de prevenir la contaminación lumínica de los cielos nocturnos de las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo. El aumento de la contaminación lumínica hace necesario establecer mayores exigencias a las fuentes emisoras y su diseño. “La contaminación lumínica es antropogénica o producida por el hombre, abusa no sólo de los recursos naturales desperdiciando energía eléctrica, sino que agrede el hábitat de animales nocturnos y migratorios, arrebata a las personas la contemplación del cielo estrellado y, sobre todo, dificulta el sueño profundo cuando las luminarias de las calles se entrometen en los espacios. Ninguna iluminación de calles debería iluminar las casas o departamentos, menos meterse en el dormitorio de las personas, es tan nefasto como el ruido adicional, el dióxido de carbono y como cualquier otra forma de polución, ya que perturba los ecosistemas y afecta negativamente a la salud” explica el Dr. Plett.

Las definiciones científicas de polución lumínica incluyen alterar el nivel de luz en el medio ambiente externo (comparado con las condiciones naturales) mediante la introducción directa o indirecta de fuentes de luz artificial. La contaminación lumínica interior es un cambio en la intensidad y calidad de la luz en los espacios interiores, debido a las fuentes de luz que ponen en peligro la salud humana. “El 70% de nuestros sensores, detectores, papilas, etc., que usan nuestros sentidos para obtener información del mundo exterior están en los ojos, lo que implica la importancia de la iluminación en nuestro quehacer y en el sueño diario. La cantidad y calidad de luz es como un metrónomo que sincroniza el ritmo de nuestro reloj biológico interno (ritmo circadiano), por lo que puede reajustarse o desajustarse. La luz incorrecta, no natural, perturba nuestro ritmo de vida”, comenta Erwin Plett.

 

Estrategias de prevención de la contaminación lumínica

En la iluminación actual de calles, casas y jardines, campos deportivos, etc. -con ampolletas incandescentes (haluro metálico, sodio, descarga, etc.), las compactas fluorescentes CFL llamadas de “bajo consumo” o las fluorescentes FL dispersan su luz en todas direcciones, con lo que la energía radiante se desperdicia en su mayor parte. Para evitar eso existe el principio de la iluminación centrada en las personas (HCL, Human Centric Lighting), que define que toda iluminación es sólo para las personas, donde hay personas y cuando la personas están presentes. Así, el objetivo de este principio es balancear las necesidades visuales, biológicas y emocionales de los seres humanos en aplicaciones de iluminación.

Algunos consejos en prevención de polución lumínica son: eliminar las viejas lámparas exteriores esféricas (que iluminan el cielo), prohibir la iluminación -de la vegetación, los edificios o los monumentos- desde abajo hacia arriba, apuntando al cielo nocturno. Y obviamente apagar (o atenuar) las luminarias cuando no hay personas presentes. Hoy se pueden usar luminarias LED de alta eficacia lumínica (lm/W) muy económicas en su largo ciclo de vida que poseen una óptica para focalizar la luz sólo en veredas y calles.

A esta influencia externa se le suma además la contaminación lumínica interna diaria proveniente de las luminarias de los aparatos con pantallas que utilizamos. “Para ahorrar baterías, todas las pantallas son operadas de fábrica con luz fría (6.500K). Esta calidad de luz es muy buena para trabajar de día, pero no es adecuada para relajarse o quedarse dormido. Para no confundir el ritmo circadiano humano, los teléfonos móviles y las computadoras portátiles deben cambiarse a luz cálida (3.000K) por la noche”, concluye el Dr. Plett. www.alfalux.eu