• 28 de Marzo

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El señor Fredy Opitz, en su calidad de ciudadano, se involucró legítimamente en el debate tras la negativa de la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de Los Lagos a construir viviendas para la clase media en el proyecto “Mirador de Puerto Varas 2”, situación gravísima por cuanto en la actualidad existen en la comuna más de mil familias organizadas en comités que verán frustrado su sueño de la casa propia. La respuesta es muy simple. No hay ninguna razón para impedir que hoy se construya este proyecto y mañana, por ejemplo, se permitan viviendas para familias vulnerables.

El Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, con autoridades regionales con evidentes conflictos de intereses, ha determinado que en Puerto Varas sólo puedan asentarse los más pudientes.

En el diario El Heraldo Austral, el señor Opitz tiene el descaro de hablar de normas ambientales y urbanismo, cuando en sus períodos de concejal jamás fiscalizó las decenas de autorizaciones “al filo de la legalidad” que se otorgaron en el municipio, permitiéndose construcciones de dantescos edificios y muchas  obras que hoy tienen colapsada a la “Ciudad de las Rosas” en aspectos medioambientales y de conectividad.

Fue tan pobre su rol de concejal que la propia ciudadanía le dio un portazo en las últimas elecciones. Fuimos nosotros, señor Opitz, los que usted descalifica como “los que tomamos las banderas sin estrellas”, quienes luchamos por un Puerto Varas más justo. Un Puerto Varas que tendrá un hospital, un Puerto Varas que en los últimos años construyó 800 viviendas para familias vulnerables. Los mismos que estamos en la recta final para lograr un cementerio y que no permitimos en 2013 que su Gobierno, el primero del Presidente Piñera, privatizara los Saltos de Petrohué. Fuimos nosotros los que luchamos por un subsidio para la gente de Peulla y los que logramos, tras la tragedia del volcán, que mejoraran la salud en Ensenada con una nueva posta.

Su carta, en la que se opone al proyecto “Mirador de Puerto Varas 2”, está llena de imperfecciones, por decir lo menos. Habla de 1.500 viviendas en Mirador I y son 1.300. Dice que todas las etapas se hicieron sin Declaración de Impacto Ambiental, lo que es falso, porque sólo fue la uno, amparada en la ley y en particular en su artículo 55.

Nunca se exigió por parte del Ministerio de Vivienda, como usted lo señala, un segundo acceso. Y como ex concejal debiese recordar que por este proyecto se pavimentó la ruta de acceso a la V 627, porque a pesar de ser una faja de Vialidad, a la fecha del inicio de la iniciativa aún estaba en ripio.

¿Todo es perfecto en Mirador I? Por supuesto que no. Los vecinos también tienen sus reclamos, como anegamientos y veredas mal hechas, entre otros. Por ello, la empresa deberá invertir recursos para subsanarlos. Pero aquí, señor Opitz, no estamos hablando de una compañía en particular, sino de que la determinación de la Coeva, que usted avala, es una decisión que hipotecará el desarrollo habitacional futuro de Puerto Varas, sobre todo el de los puertovarinos de clase media y de sectores más vulnerables. Justamente aquellos que alguna vez usted dijo representar.

Para el señor Opitz, es normal que los “nuevos puertovarinos”, quienes vienen de la capital del país o tienen más recursos, puedan definir los destinos de la comuna. Aunque a usted y a varios les moleste mi postura, la defenderé intransablemente. Para eso me eligieron. Y aunque decir la verdad en Chile a muchos les incomoda, seguiré siempre mi sello de decir las cosas de frente y sin ambigüedades. Así me he ganado el cariño y el respeto de la gente.

 

Fidel Espinoza Sandoval, diputado Distrito 25.