• 29 de Marzo

Sugeridos:


Paola Alvarez

Directora Diario El Heraldo Austral

Presente:

 

Ver en los medios un caballito de mar aferrado a un cotonito para limpiar oídos humanos fue ver a un niño aferrado a la mano de su madre, pero en este caso era aferrarse a la vida de su medio, el mar. Impresiona y sobrecogen estas imágenes cotidianas, vemos y escuchamos cada día las advertencias de lo que sucede con la contaminación de los mares y la tierra, todos opinamos, se comienza a darnos cátedra y consejos profundos de como eliminar los plásticos y hacer una campaña; todo parece ir bien, se ponen lugares de reciclaje en diferentes puntos de las ciudades, se ve ganas y deseos de hacer algo al respecto.

Las autoridades llaman a no entregar bolsas de este material en el comercio, se acata y todo bien, pero de pronto aparecen otras bolsas que se venden o se regalan con el referente de ser reciclables y allá vamos todos a tener estas maravillosas bolsas que ayudarán al planeta. Que ironía estas bolsas no son reciclables, una cosa por otra y hago la pregunta ¿nos hemos alguna vez detenido a mirar lo que nos rodea en los supermercados? Claro, dirá alguien, está lleno de productos, no falta nada. De acuerdo, no falta nada, hay de todo, pero ese todo está envuelto en plástico, ese plástico que se pregona que hay que eliminar.

Ahora veamos las industrias pesqueras y sus cajas de plumavit para traslado, boyas, lazos, cables, bolsas todo, todo es plástico, en fin, empieza a dar frustración cuando se ve así pero es la realidad presente, latente es desgraciadamente real.

Es una suerte de guerra entre David Y Goliat, nada se va a solucionar si las grandes empresas y los humanos que las dirigen continúan con esta ambición desmedida, Son las empresas de todo tipo y, solo ellas, más los hombres y mujeres que dirigen el país les corresponde tomar las medidas de esta tragedia que nos está explotando en la cara.

Mi madre me contaba cuando niña de un libro que leía, Nostra Damus en la que este anunciaba para el futuro Los cuatro caballos del apocalipsis y que estos representaban el agua, viento, tierra y fuego, si ponemos atención a esto aún sin haber leído este libro y vemos lo que sucede cada día pensaríamos: ¿es una casualidad? además le agregaríamos la invasión aterradora de Don Dinero llegaríamos a la conclusión que malos vientos están soplando en nuestra tierra.

Nuestra realidad es la mejor película de suspenso jamás contada y está comenzando su rodaje.

Sin más y agradeciendo su atención saludo Atte.

 

Ruth R.Igor Kunstmann

CI.6.628.375_5