• 28 de Marzo

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Durante bastante tiempo, se ha concebido a la fonoaudiología como una disciplina centrada en la atención de la población infantil y es conocida por su labor en salud y educación, encargándose de la evaluación, diagnóstico y terapia de niños con alteraciones de lenguaje y habla. Pero el campo de acción del fonoaudiólogo es más amplio, ya que asiste a pacientes a lo largo de todo su ciclo vital, con alteraciones del lenguaje, habla, voz, audición, deglución y/o motricidad orofacial (respiración, succión y masticación). Todas estas áreas, esenciales para la comunicación y desarrollo humano, permiten un desenvolvimiento efectivo en la sociedad. 

“El fonoaudiólogo también actúa en la promoción y prevención de la salud en la población, a través del autocuidado de la voz y la audición, educando en los factores de riesgo, reconocimiento de alteraciones para una detección oportuna y colaboración con profesionales de la educación y siendo parte de un equipo de salud. Por ello, es frecuente encontrar fonoaudiólogos en servicios de neonatología realizando pesquisas auditivas y estimulando tempranamente a pacientes en riesgo y en diferentes programas gubernamentales”, explica Fabiola Soto Subiabre, fonoaudióloga y docente planta de la carrera de Fonoaudiología de Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt.

 

Práctica en laboratorios de alto nivel

De acuerdo a lo señalado por el director de la carrera de Fonoaudiología de Universidad Santo Tomás, Víctor Calvo; “para la adquisición de todas estas competencias, los estudiantes de fonoaudiología de Santo Tomás cuentan con tres modernos espacios; un laboratorio de audiología, que contiene equipos especializados en la evaluación auditiva y vestibular de niños y adultos, un laboratorio de fonética y voz, destinado al análisis acústico de la voz, el habla, rehabilitación en voz y motricidad orofacial y un tercero consistente en una sala multifuncional en la que se realizan entrevistas y atenciones de lenguaje en pacientes adultos”.